Lola Rodríguez de Tió, una nueva mirada por Noemí Rivera-De Jesús

Cultura

(San Juan, 10:00 a.m.) La Dra. Noemí Rivera-De Jesús publicó este mes de agosto su tesis doctoral, Lola Rodríguez de Tió: Su vida y contribuciones en el civismo y la causa revolucionaria de Cuba y Puerto Rico. El libro es una publicación de la editorial El Jagüey en Santa Isabel. La obra cuenta con cuatro capítulos y 327 páginas, incluyendo la bibliografía.

Leí la publicación ávidamente. La lectura es fácil, el vocabulario es para todo tipo de lector, sin olvidar las estrictas normas que regulan todo trabajo histórico- investigativo. Para su investigación, la autora visitó los archivos locales y los de Cuba. Hizo, además, consultas en línea, así como en fuentes secundarias y terciarias.

La investigación no solo se enmarca en la figura de María de los Dolores Rodríguez de Astudillo y Ponce de León de Tió que todos conocemos, la patriota y la poeta. El trabajo nos describe a Lola como crítica literaria, ensayista y periodista. Destaca su amplio epistolario y las emociones e ideales que se deducen con la lectura de estos tesoros literarios.

La autora nos presenta el feminismo de Lola, uno que no encontraba conflicto con sus roles de esposa y madre. Rivera-De Jesús nos lleva a profundizar en la psiquis de la patriota. Logra completar un cuadro psicológico completo desde sus relaciones filiales, maritales y patrióticas. Lola era una mujer profundamente femenina que no encontraba conflicto en ostentar un cabello corto en una sociedad donde la mujer debía lucir una larga y arreglada cabellera. La patriota era una mujer de carácter fuerte e independiente. Preclara, Lola descollaba por su inteligencia y capacidad creativa.

Lola nunca encajó en el sistema educativo de su tiempo, los años que pasó en la escuela le hicieron concluir que los maestros carecían de lo que ella necesitaba, maestros restantes, con amplios conocimientos que la motivaran a ejercer el pensamiento crítico. Al final de cuentas, Lola debió su formación educativa a sus padres, el abogado Sebastián Rodríguez de Astudillo y Ramírez del Postigo y Carmen Ponce de León y Martínez. Sebastián tenía una de las bibliotecas más importantes del país en el siglo XIX.

La obra nos introduce a las raíces familiares de Lola, los Rodríguez de Astudillo y los Ponce de León. La historiadora menciona a algunos de los hermanos de Lola y la relación que tenía con estos, especialmente sus hermanas. La investigadora nos acerca más a la relación con su esposo, Bonocio Tió y Segarra y con su hija Patria y su hija de crianza y sobrina, Laura Nazario. A través de la investigación conocemos a la Lola humana, una mujer más allá de su tiempo que supo mantener relaciones intensas con otras figuras cimeras de la política y las letras de su tiempo.

No nos queda duda que Lola amó profundamente a su esposo, Bonocio. El también patriota y poeta respetó la independencia intelectual de su esposa y su creatividad, al grado de incluirla en las tertulias que se llevaban a cabo usualmente entre hombres. La patriota amaba a sus hijas y le inculcó su misma independencia de carácter.

La autora nos lleva a intimar con el matrimonio Tió Rodríguez. Las cartas de amor entre los patriotas, los detalles de las flores secas y el dolor de la ausencia por los constantes viajes comerciales de Bonocio nos presentan una unión fundamentada en el amor, el respeto mutuo y la gran admiración que ambos sentían el uno por el otro.

En la obra tampoco se ocultan las penurias económicas que a veces pasaba la poeta, ya fuera porque el dinero no llegaba a tiempo o porque no era suficiente para enfrentar los gastos. Lola afrontó todas sus penurias hidalgamente y más allá de quejarse, buscó soluciones o simplemente se refugió en el amor de su esposo.

Rivera-De Jesús paseo por los lugares donde se desarrollaron las gestas de la patriota. Camino por San Germán y Mayagüez, para luego trasladarse a La Habana, donde vivió Lola sus últimos años. Debemos añadir que el matrimonio Tió Rodríguez

residió también en Nueva York y Venezuela. Bonocio fue un incansable viajero, primero por sus estudios en España y luego debido a sus viajes comerciales. Lola viajó intensamente, ya fuera por los exilios políticos o por su trabajo como escritora y líder revolucionaria.

Rivera-De Jesús deja constancia del profundo amor de la poeta por Puerto Rico y su relación con otras reconocidas figuras de la política y las letras de su tiempo, como lo fueron: Ramón Emeterio Betances, Máximo Gómez, José Martí, Concha Meléndez, Luis Muñoz Rivera, Manuel Fernández Juncos… Lola mantuvo profunda amistad con varias revolucionarias cubanas tales como Marta Abreu de Estévez, Aurelia Castillo, Clemencia Gómez

El trabajo destaca, además, las figuras de otras puertorriqueñas patriotas del siglo XIX como lo son: María de las Mercedes Barbudo y Josefa Zavaleta de Arrubla aquí en el archipiélago; y en la diáspora: Inocencia Martínez de Santaella, Mercedes Martínez, la pianista Ana Otero, entre otras.

Lola Rodríguez de Tió: Su vida y contribuciones en el civismo y la causa revolucionaria de Cuba y Puerto Rico es más que un testimonio a la grandiosidad intelectual y patriótica de Lola. La obra profundiza en áreas obviadas por otros investigadores y nos trae a la atención a una Lola humana que rompió todos los esquemas de una sociedad machista que menospreciaba a la mujer. Lola encontró en Bonocio su altar ego y logró construir una relación sólida fundamentada en el amor, la admiración y el respeto mutuo.

La obra debe ser incluida como libro de estudio en el sistema educativo del país para que nuestros estudiantes se familiaricen con una gran mujer que fue formada por sus padres y luego apoyada por su esposo para descollar en una sociedad limitante que tuvo que doblegarse ante su genialidad. Como Lola, hay muchas puertorriqueñas

cuyas historias se han perdido por no haberse documentado. Gracias Dra. Noemí Rivera-De Jesús por rescatar para el presente la humanidad y feminismo de Lola Rodríguez de Tió.