(San Juan, 9:00 a.m.) Una maniobra electorera es como puede calificarse el respaldo a la reforma electoral propuesta por el Partido Nuevo Progresista (PNP) por parte del presidente de la Cámara de Representantes. Rafael “Tatito” Hernández junto a un grupo de la bancada del Partido Popular Democrático (PPD) en ese cuerpo cameral. El propósito politiquero malsano no es otro que perpetuar la partidocracia del bipartidismo sistémico para que ambos partidos políticos sigan e repartiéndose el botín electoral del presupuesto del gobierno de Puerto Rico y atajar, de una vez, una alianza electoral entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC).
No hay, por lo tanto, algún asomo ideológico en el PPD. Lo que sí se percibe es una guerra de liderazgo con el nuevo presidente del PPD, Jesús Manuel Ortiz, en cuanto a las estrategias electorales de esa colectividad política para perpetuar la partidocracia del bipartidismo sistémico y sus posibilidades de seguirse repartiendo potencialmente el advenimiento al poder casa cuatrienio, al igual que el control de la Comisión Estatal de Elecciones.
Obviamente, las candidaturas coaligadas entre el PIP y el MVC constituyen una amenaza a esa pretensión de perpetuar la partidocracia bipartidista sistémica en Puerto Rico que representan el PPD y el PNP y “Tatito Hernández fija la prioridad de cerrarse el paso a esa posible alianza electoral por encima de los dictámenes de la presidencia actual del PPD.
Cambiar los elementos estatutarios electorales que definen las candidaturas por acumulación y repartirse el control con el PNP de la Comisión Estatal de Elecciones fundamentan la estrategia electorera que quiere imponer “Tatito” Hernández en el PPD, al coludirse en la Cámara de Representantes con la bancada del PNP para imponer a la trág respaldar la reforma electoral propuesta por el Partido Nuevo Progresista (PNP) una llamada reforma electoral malsana.
Lo que evidencia “Tatito” Hernández y su camarilla en la Cámara de Representantes es que el PPD y el PNP son dos alas de un mismo pájaro: el bipartidismo sistémico de una desprestigiada partidocracia sistémica, calcada colonialmente de Estados Unidos.
La confabulación del dirigente cameral del PPD con el PNP en desafío al liderazgo de Jesús Manuel Ortiz en su ejecutoria presidencial partidista es la manifestación clara de que la defensa de los intereses del sistema de gobernanza bipartidista sobrepuja a toda barrera partidista efímera de un líder de paso, cuyo liderazgo está a prueba, de poder coludirse con el adversario con el cual comparte políticamente esos intereses. Después de todo, debe entenderse que son dos los partidos políticos del bipartidismo de la partidocracia sistémica, pero el sistema sigue siendo uno y el mismo para ambas colectividades políticas, el cual tiene que haber por encima de todo un compromiso oportunista de defender y perpetuar.