El verdugo de Caguas, ¿hablamos libanés?

Política
(San Juan, 1:00 p.m.) El martes dos hermanos fueron asesinados a la salida del Centro Judicial de Caguas.  Dos boricuas fueron las víctimas. Mientras, el agresor, ha sido una persona que no habla el idioma local, que es de origen Libanés, y cuya agresividad ha sido consistente en todo momento: se encontraba de mal humor por las formas y maneras que el sistema de justicia local había conducido el proceso en contra y  a favor de él y su esposa. Hoy ambos, por distintas razones, están siendo procesados criminalmente.
Es cómico como la narrativa dominante ha variado a “se trata de un sicario”, “es un agresor”, “defiende a su esposa, 20 años mayor que él”, “no sabe español”, “es árabe, por eso cree en la violencia”, y finalmente, los hermanos víctimas “eran gente noble que no se metía con nadie”.   Esta es la narrativa dominante. Pero, ¿contiene esta narrativa todas las verdades fácticas?. No creo.
La inmediatez nos lleva a conclusiones simples sobre la justicia.  Por lo tanto, a todos y todas los opinionados, ¿cómo opera la justicia en Puerto Rico?  Todo indica que el desconocimiento, es muy profundo. Es más fácil crear narrativas que explique una cosa u otra, pero sin adentrarnos a comprender, primero la teoría del conflicto, y luego cómo se resuelven los conflictos.
Toda persona en Puerto Rico, desde la constitución de 1952 en adelante, tiene un día en corte.  El acceso es bastante fácil. Pero, si usted no va con un  operario del derecho, abogada o abogado, todo es más difícil y complicado.  Por lo tanto, hay que ponerle atención a esto. Los conflictos de ordinario se adjudican, no se median como primera opción.  Esto hace algún sentido, por lo cual, hay que ver cómo opera un tribunal y los procesos legales.
Difícil saber lo que pasó en este barrio de  la carretera número 30.  Lo cierto es que las partes tienen un conflicto, y que han ido al tribunal.  A buscar justicia. Luego, se resuelve o no, pero esto no los deja sin remedio, que sigan buscando. De ahí a concluir, que debieron mediar este caso, es un disparate. 
Los casos se resuelven en los tribunales, y la mediación es una opción para cierto tipo de conflictividad. Mediar, no es viable en todos los casos. ¿alguien quiere mediar el conflicto de Rio Grandes entre una vecina racista y otros vecinos afrodescendientes? No es viable mediarlo, es un conflicto posicional que requiere que alguien determine quien tiene o no tiene la razón.
Este razonamiento aplica a Caguas.  Para asesinar a dos personas, requiere que el conflicto necesitaba de adjudicación de posiciones encontradas.  Igual pasa en Rio Grande. Si en algo han fallado los tribunales, ha sido en resolver las controversias base entre las partes.  Alguien va a tener la razón y otra parte no. La mayoría de los conflictos se resuelven así, en determinar si “a” tiene la razón o “b”. No se terminan, harmonizando las diferencias entre las partes. 
Ahora bien, lo que nadie ha hablado en este caso, es nuestros fuertes prejuicios ante los desconocido.  Ese es el problema.  Que lo desconocido nos causa muchos prejuicios, y por lo tanto, simplificamos todo a lo que entendemos. ¿Por qué un ciudadano libanés, debe acabar siendo responsable de todo el entuerto?  Para empezar, ¿alguien habla libanes?
El sujeto libanes, es el chivo expiatorio de un conflicto mayor que no se resolvió.  Pero no me adentro en lo que a mi entender, parecería obvio en ese conflicto. El miedo a lo desconocido.
En el caso de Caguas, finalmente la justicia hizo lo que había que hacer: acusar a dos personas, y de esta forma comenzar a adjudicar un conflicto. Un poco tarde, pues murieron dos personas. Pero este es el precio, de no adjudicar con  antelación los conflictos.  No todos los conflictos son mediables. De su faz, tanto el conflicto de Caguas como el de Gurabo no son mediables.  La dignidad humana no es mediable.  Lo que se requiere es pronta adjudicación, y en esto la justicia del estado falló.  Para resolver conflictos entre vecinos, hay más que recursos en disponibles en Puerto Rico, que se pueden.  Pensemos.