La lucha por el Dorado, digo Dorado [entre Tatito Hernández y Carlos López es solo por el dinero… del CRIM]

Política

(San Juan, 1:00 p.m.) Es curioso, hoy estuve de gira por uno de los Dorado Beach.  Son varios.  Lo que no me imaginaba es que entrar a este otro mundo, es salir de Puerto Rico, y ver, de frente como viven los mil millonarios que han desarrollado un gustos por residencias que se venden entre 5 a 30 millones de dólares.  Este lugar ya no es Puerto Rico, aunque beneficia por lo pronto a la casa alcaldía de Dorado.

Carlos López, el actual incumbente lleva “miles de años” en la alcaldía. Realmente el próximo año cumple 38 años en la dirección del municipio.  Como todo alcalde, es carismático, y mientras haga obra, sigue en el poder. Pero el ha convertido a Dorado en un recinto urbano de naturaleza “chic”, y ha logrado que todas las propiedades de los pudientes cuesten millones. Esto le permite al municipio tener un alto ingreso por concepto del pago de CRIM, y el resto es la miseria para los pobres, o los de clase media asalariada, que viven de su sudor, literalmente hablando.

Pero lo más patético de Dorado no son las casas de los millonarios, sino la tierra baldía y en especulación. El incumbente no ha hecho nada, más allá de un parque ecológico, de transformar el llano de Dorado en un sector de productividad económica. El aguarda por la próxima urbanización y que la misma acomode a los sectores de altos ingresos. En fin, una relación tóxica.

Pero Tatito Hernández, ¿tiene algo que ofrecer?.  Realmente hablando todo o nada.  Pero nada o todo.  Es decir, Tatito Hernández “olió” que el cansancio se traga la obra de Carlos López, y en la ausencia de un plan sucesorio, ¿por qué no posponerse él, Tatito Hernández? Pero realmente, ¿trae alguna diferencia, en cuanto a desarrollo económico autosostenible?  No nos parece. 

Estos dos políticos están cortados por la misma vara: simplemente quieren que quedarse con el “canto”, gobernar un municipio rico en dinero, y vivir, a lo Ricky Martín, la “vida loca”.  Es momento de sacar a ambos.  Pensar en otro proyecto político para impulsar un desarrollo humano, sostenible y soberano. Es decir, pensar a Dorado desde la independencia.  Pensemos.