Don Pedro Tomás Labayen y el arte costumbrista en San Sebastián del Pepino

Cultura

(San Juan, 10:00 a.m.) Han transcurrido aproximadamente tres años a partir de aquel momento en el cual, quedé hipnotizada por varias pinturas paisajistas que adornaban la sala de un hogar en San Sebastián, Puerto Rico.  Durante ese embeleso, algunas de esas pinturas me remontaron a lugares que actualmente, son solo parte del pasado de las Vegas del Pepino. No obstante, nunca imaginé que ese encuentro con esas impresionantes obras de arte sería el comienzo del descubrimiento de un sin número de documentos, manuscritos, fotografías, historias orales y más obras de arte que evidencian la vida y obra de Don Pedro Tomás Labayen Jaunarena.

Don Pedro Tomás Labayen nació el 4 de septiembre de 1916 en la casa puente construida en mampostería en 1856 y que estaba localizada en San Sebastián, Puerto Rico.  El 20 de enero de 1991, específicamente, el Día del Patrón de su pueblo natal, murió a sus 75 años a causa de un ataque cardiaco. Su familia estuvo compuesta por su padre Pedro José Labayen Jaunarena, su madre Ana Joaquina Jaunarena Ballester y su hermana Ana Victoria. Desde que era un infante, manifestó atracción y talento por la pintura. Sin embargo, desafortunadamente, no contó con el apoyo de sus padres para estudiar y dedicarse a las artes plásticas.

Fue enlistado en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).  En el año 1943, fue asignado al Canal de Panamá y durante la travesía, se encontraron con un submarino alemán. Por esta razón, el 24 de diciembre de 1943, anclaron la embarcación en Guantánamo, Cuba. A lo largo de esa noche, Don Pedro Tomás rezó y prometió que, si resultaba ileso de un posible ataque alemán, él elaboraría anualmente un nacimiento navideño. De esta manera, el 20 de diciembre de 1954 inició una tradición familiar que fue espectada por cientos habitantes de Pepino y de pueblos limítrofes.  Como parte de su promesa, instalaba este nacimiento en el balcón delantero de su residencia localizada en la Avenida Emérito Estrada del Barrio Piedras Blancas en San Sebastián. El mismo estaba abierto al público desde el 20 de diciembre hasta el 20 de enero (Día del Patrón San Sebastián).  Anécdotas significativas para Don Pedro y los nombres de cientos de espectadores del nacimiento quedaron grabados en tres manuscritos, que él denominó libros de registros de visitantes. En estos se recogieron las firmas de personas que visitaron el nacimiento entre los años: 1966 al 1983, 1983 al 1988 y 1988 al 1991.

Luego de finalizar su servicio militar, regresó a su pueblo nativo para dedicarse al comercio en Casa Laurnaga. El 14 de diciembre de 1947 Don Pedro contrajo nupcias con Consuelo Echeandía Rabell y procrearon cuatro hijos: Ana Consuelo, Pedro Sebastián, Manuel Andrés y Lizette de Lourdes.  La Casa Laurnaga fue un lugar de suma importancia para Don Pedro y su familia. En esta casa, nació, creció y crio a sus cuatro hijos junto a su esposa Consuelo (mejor conocida como Conchi). Fue precisamente en esta casa donde estableció la primera marca de café que se vendía listo para colar y era producido en San Sebastián, P.R. El nombre de este café era Donostia, palabra de origen vasco cuyo significado es San Sebastián. Desafortunadamente, a pesar de su esfuerzo para que Casa Laurnaga se reconociera como un edificio histórico, en 1984, se anunció que este lugar de más de 150 años de existencia se convertiría en un supermercado. Actualmente, el rastro de Casa Laurnaga solo prevalece en fotografías, documentos, pinturas realizadas por Don Pedro Tomás y el recuerdo nostálgico de algunos pepinianos.

Durante la celebración del bicentenario de la fundación de San Sebastián, Puerto Rico, en 1952, Don Pedro Tomás y el Dr. Jorge Padrón comenzaron a investigar la historia de las Vegas del Pepino con el objetivo de elaborar un escudo de armas. Sin embargo, tras varios intentos fallidos, no fue hasta 1973, que el Sr. Ramón Román Hernández, el entonces alcalde de San Sebastián, le solicitó a Don Pedro Tomás que estableciera un comité para crear el escudo y la bandera para dicho municipio. A partir de este momento, surge el Comité Pro- Escudo y Bandera del Pepino. Finalmente, tras varias reuniones de este comité, a partir del 12 de octubre de 1976, San Sebastián, P.R. cuenta con nuevo escudo de armas y bandera.

En 1974, Don Pedro Tomás Labayen creó La Exposición de Pinturas de Artistas Pepinianos. El propósito principal de esta exposición fue respaldar a artistas emergentes y despertar el interés por las artes plásticas a presentes y futuras generaciones de Pepino u otros pueblos con lazos particulares con San Sebastián, P.R.  En esta exposición anual, logró reunir a un grupo de artistas plásticos que crearon una organización llamada Expoarte. En 1991, luego de su fallecimiento, el grupo de Expoarte se separó. Luego de un lapso de aproximadamente 20 años, revive Expoarte siendo patrocinada por la Casa Pepiniana de la Cultura.

Una de las experiencias más significativa en la carrera artística de Don Pedro fue su participación en el colectivo portafolio Fiestas Patronales de San Sebastián. Esta actividad artística se realizó el jueves, 10 de enero de 1980 en los salones del Casino del Pepino en San Sebastián, P.R. Este portafolio fue sufragado por el Fideicomiso para el Desarrollo de las Artes (FIDEARTES).  En el portafolio Fiestas Patronales de San Sebastián participaron cinco artistas que elaboraron una obra en acrílico para producir serigrafias. Las serigrafias que formaron parte de este colectivo fueron: Las Fiestas de Día de Pedro Tomás Labayen, El Farallón de Isabel Bernal, Las picas de Ángel Casiano, Fiestas Patronales de Antonio Maldonado y Ahí viene Narciso de Rafael Tufiño.

Don Pedro Tomás vivió orgulloso de sus raíces pepinianas y de su ascendencia española por parte de su padre, Pedro José Labayen Jaunarena, nacido en el municipio Ituren localizado en Navarra, España. Su amor por su madre patria, España, inspiró a Don Pedro a investigar y escribir sobre sus lazos familiares y eventos cruciales que experimentaron sus antepasados.  El 5 de mayo de 1984, Don Pedro comenzó a redactar un libro (manuscrito) titulado Mi familia. En este detalló su árbol genealógico, la llegada a Puerto Rico de su abuelo materno Pedro Manuel Jaunarena Azcuera y la trágica perdida de la mano derecha que este (su abuelo materno) sufrió como víctima de las “partidas sediciosas” que ocurrieron luego de la Guerra Hispanoamericana en 1898. También, en su manuscrito, describió el festejo del día de San Pedro en el cual, izaban con honor la bandera española. Además, en este escrito explicó el origen del nombre del Pepino, el significado del escudo de la familia Labayen y datos históricos relacionados a la Casa Laurnaga.

Es necesario destacar que Don Pedro fue un gran defensor y líder cívico-cultural. Dirigió la campaña de fondos de la Liga Americana del Cáncer, recibió el reconocimiento Paul Harris Fellow, que le fue otorgado por The Rotary Foundation of International. Este reconocimiento fue concedido por pertenecer al Club Rotario y promover relaciones amistosas entre los pueblos del mundo. Por otro lado, se desempeñó en todos los puestos directivos del Centro Cultural Luis Rodríguez Cabrero, logrando que se preservara y se considerara como patrimonio histórico a la Hacienda La Fe (Hacienda Echandía), creó el comité que instaló el busto de Ángel Mislán Huertas en la Plaza de Recreo en San Sebastián, y organizó el comité para elegir el himno de su pueblo natal.

En términos artísticos, Don Pedro Tomás Labayen logró inmortalizar escenas costumbristas, paisajes y lugares que actualmente solo se pueden apreciar por medio de fotografías antiguas e imaginar al escuchar los relatos de aquellas personas que tuvieron la oportunidad de presenciarlos.  Existen unas tarjetas de agradecimiento y otros documentos que evidencian que algunas obras artísticas de Don Pedro Tomás no solo embellecen a las Vegas del Pepino, sino, que también, se encuentran en otros pueblos de Puerto Rico, Estados Unidos, Argentina y España.

Actualmente, 53 de sus obras artísticas han sido registradas para fines de completar un Proyecto de Grado sometido como requisito parcial para la obtención del grado de Maestría en Artes en Educación con Especialidad en Museología. Pedro Tomás pintó estas obras entre los años 1953 al 1990, siendo el 1980 el año de mayor producción artística. Acostumbraba a escribir dedicatorias en la parte posterior de sus obras. Gracias a este tipo de inscripción es posible afirmar que la gran mayoría de sus pinturas él las regaló a sus hijos y a seres queridos. Lo anterior y relatos de personas allegadas confirman que Don Pedro no discernía el arte como una alternativa de adquirir fama o sustento económico, sino, como una manera de expresar su pasión por su pueblo natal y su madre patria España.

Son muchas las cualidades que hacen que Don Pedro Tomás Labayen Jaunarena sea merecedor de ser reconocido no solo a nivel local, sino, a nivel nacional y hasta internacional. En adición, merece ser reconocido como contribuyente sustancial para la Historia del Arte de Puerto Rico. Para lograr este reconocimiento, es de suma necesidad continuar investigando con el fin de lograr encontrar el paradero de las obras que aún no han podido ser registradas y así, será viable recopilar toda la información necesaria para desarrollar una retrospectiva de la vida artística del Don Pedro Tomás Labayen Jaunarena.