(San Juan, 1:00 p.m.) De repente llevamos casi una década condenando el bipartidismo, y ahora se convirtieron en bipartitas de dos cabezas. El Proyecto Dignidad ha emergido, en el crisol de las elecciones generales, como un proyecto hermano/primo del Partido Nuevo Progresista. Algo así como unos siameses, que se diferencian por tener una cabeza separada del otro, pero que son el mismo cuerpo político. Pese a todo, son la misma cosa.
En este sentido, donde le he puesto atención a ambos partidos, es en su deseo de administrar fondos federales. Ambos se presentan como buenos administradores y rastreadores de fondos federales que se utilicen para vivir en Puerto Rico a partir de lo que nos done Washington. Este modelo económico, es el que nos tiene en quiebra hoy.
En lo curioso, Pedro Pierluisi del PNP, se pasa hablando y su seguidores también, de la urgencia de buscar fondos federales para correr el gobierno y el bienestar de Puerto Rico. Ahora el Proyecto Dignidad, que atrae sin cesar a miembros del PNP, se ha inventado que son ellos los que los puede administrar mejor. Para muestras un botón: Javier Jiménez, antiguo miembro del PNP y alcalde de San Sebastián del Pepino, que esta casi listo para correr por el Proyecto Dignidad como su candidato a gobernador.
En otras palabras, ahora no tenemos bipartidismo sino un nuevo movimiento estadista que opera como un siamés, que tiene dos cabezas y plantea lo mismo desde dos organizaciones distintas. Ahora tenemos un problema de que la dependencia económica a Washington no se va a suavizar, sino que va a empeorar. Pensemos.