Cristóbal Torriente Babe Ruth.... una reflexión de un gran juego de pelota

Cultura
(San Juan, 11:00 a.m.) Cuando el cubano Cristóbal Torriente derrotó al Bambino Babe Ruth que llegó a Cuba tras dar 54 cuadrangulares con los Yankees de Nueva York. El nombre de Cristóbal Torriente no es muy conocido. No es sorprendente pues sus mejores actuaciones fueron, en su mayoría, hace ya un siglo. Torriente, fue elegido en 1977 junto con sus compatriotas Martín Dihigo y José de la Caridad Méndez al Salón de la Fama del beisbol por su historial en las Ligas Negras.

La Habana esperaba la llegada de Babe Ruth en 1920 después que el promotor Abel Linares financió y sumó a Ruth a los partidos de exhibición que iban a realizar los Gigantes de Nueva York en Cuba. La noche del 6 de noviembre de 1920 los Gigantes se enfrentaron a los Alacranes del Almendares. Aquella noche Ruth se fue en blanco en tres ocasiones y recibió una base por bolas. Esa noche el cubano Cristóbal Torriente conectó 3 jonrones -el último ante los envíos del propio Ruth- y un doble. Al final del partido, con su humildad habitual le pidió a la prensa que no lo entrevistaran a él sino al Bambino que esa temporada había dado 54 jonrones con los Yankees.

Cristóbal Torriente murió en Nueva York el 11 de abril de 1938 tras una vejez en que padeció de alcoholismo, tuberculosis y pobreza extrema siendo enterrado en una fosa común en el Cementerio de Calvary en Queens, Nueva York. Circuló la versión de que en 1940 sus restos habían sido trasladados al Cementerio de Colón en Cuba pero nunca hubo confirmación pues ni en Nueva York ni en La Habana se encontró un documento que lo corroborara. En 1977 Torriente era el único miembro del Salón de la Fama de Cooperstown en una situación como ésta pues los otros exaltados ya fallecidos tenían reconocido oficialmente su sitio de descanso.
En el Cementerio de Colón en La Habana hay un panteón de peloteros en el ala izquierda norte pero está desorganizado y no existe ningún documento sobre ese panteón. El Dr Oscar Fernández se dio a la tarea de identificar a muchos peloteros cuyos restos descansan allí. Después de buscar por tercera vez en dicho panteón, el Dr. Fernández encontró una caja con el nombre de Cristóbal Torriente y su fecha de muerte, lo que culminó su proceso investigativo por lo que representaba Cristóbal Torriente para el béisbol cubano y porque desde hacía tiempo se había descartado la idea de que sus restos estuvieran en Cuba.