Sobre Apocalipsis, de Marco Denevi, el mundo de las Momias espaciales y la IA de nuestros tiempos

Cultura

(San Juan, 1:00 p.m.) En este microcuento de Marco Denevi sobre el futuro, el autor prevee un mundo sin humanidad. Este nuevo mundo será uno precedido por el objetivo principal de hacer que el ser humano se envuelva tanto en el fin ulterior de su propio placer que se le olvide el verbo más importante: aprender y todo lo que esto conlleva. En Apocalipsis, parece ser algo más allá del placer sexual, lo que termina en definitiva con la propagación de los humanos como especie. Es lo que prosigue al placer, el relajamiento o descanso, que produciría el olvido fatal.

Estamos en los albores del maquinismo masivo -robots para todo- para que nuestra vida sea más fácil y divertida. Esto, en principio. se ve como algo bueno; pues un robot hace esto, ofrece esto, y pronto decidirá lo otro. Es en la última parte de la ecuación donde se le podría despojar al ser humano y a su descendencia sus capacidades de ejercer y heredar la genialidad. La educación se demonizaría y los jóvenes seducidos por el portentoso canto de esta sirena, recurrirían a las aplicaciones que les resolverán sus problemas y como consecuencia lógica moriría su curiosidad y su satisfacción al aprender, porque ya hay quien lo hará por mí. Entraría la humanidad en una clase de vagancia operacional centrada en un hedonismo que esperemos no llegue a afectar a nivel de su genética, las capacidades cognitivas que llevan desarrollándose ha muchos siglos. Cabe mencionar en esta coyuntura, una película reciente The Creator (2023) que nos muestra una guerra entre humanos malvados y ciborgs buenos. La película está muy bien hecha y probablemente será nominada para algún premio, pero también es una herramienta de seducción.

No crean que me opongo al avance de la tecnología, no es así. Lo que afirmo es que la tecnología se está usando en el contexto equivocado, cuando la necesitamos para desarrollar que nos proteja como planeta de la devastación por desastres ambientales, nucleares y galácticos, en lugar de por placer de la activated humana del aprendizaje. En cuanto a mi cuento largo o micronovela, el mundo presentado ya evidencia la separación en dos clases, no por ideología, ni por dinero, sino por niveles de inteligencia. En el mundo de las Momias…, nos gobiernan las élites humanas que no expusieron a su descendencia a beber de las aguas del hedonismo tecnológico. Estas élites pudieron acabar con la tecnología de ciborgs y son soberanas sobre la tierra, teniendo como seres inferiores a los que se fueron por el rumbo del placer. Sin embargo, hay una sobreinviviente que escapa al exterminio y da otro giro al nuevo orden… Les invito a leer Momias Espaciales aquí en este blog (la traducción al inglés está al final del escrito en español), o a conseguirlo como un cómic en librerías de Puerto Rico.