(San Juan, 1:00 p.m.) En esta semana, hubo un tiroteo en la Universidad de las Vegas, y la profesora boricua Patricia Navarro Veléz, fue asesinada. Terrible. Un profesor pistolero, la asesinó. Luego, hay un debate de censura contras varias universidades, una de ella UPENN, en la cual están a punto a de expulsar a la presidenta, Liz Magill. Todo porque dijo, y lo reiteró, que la muerte de palestinos a manos del ejército de Israel es un acto de genocidio.
Lo interesante de esto, es que en los EE.UU., las masacres no han cesado durante este año. Es algo terrible, pero la gente no ha parado de morir como producto de distintos gatilleros en desafecto que los matan. Lo nuevo, es que si usted crítíca, y no están de acuerdo con usted, puede pasar que le pidan la renuncia.
La vida es el dato más importante de todo. Estar vivo. Por lo tanto, ni palestinos ni israelitas deben de morir. De otro lado, los EE.UU. se preciaban de garantizar la libertad de expresión al máximo. Hoy todo indica que esto ha cambiado.
De nuestra parte, como boricuas, deberíamos reconsiderar seguir en los EE.UU. donde no se nos garantiza una calidad de vida plena. Morir de un balazo no es aceptable. Pero morir de un asesinato de reputación, es menos aceptable. Pensemos.