Cuando la Iglesia hecha polvo
padecía escalofríos y calenturas,
y el crucifijo envasado al vacío de la vanidad
aparentaba mudar de piel
como la serpiente del Edén, ya decrépita,
Cuando la ciudad del Vaticano
cundía hongos en paredes
carcomida por intrigas de palacios en aquellos palacios de intrigas,
Cuando su fe desfigurada a destajo
dobló la apuesta a la usanza de Judas
entregando sesenta monedas de plata a la codicia del mundo,
Cuando la sexualidad de por mis culpas comulgó impunemente,
Cuando el milagro de las Bodas de Caná
que convirtió agua en alegría quedó abandonado a su suerte,
Cuando obispos vistieron hábitos de encubridores,
Cuando quedó sin empuñadura el látigo de Cristo
mientras los bancos mercaderes y vaticanos
enjuagaron de inmundicias dineros mal habidos,
Cuando no hubo quién lavara pies a los pobres
con las manos amables de la justicia,
Cuando la santa misa dejó de ser Santa
y la ortografía de sus homilías
transformárosle en acto circense
de astucia romana y cobardía,
Cuando la fe dio un paso en falso en las escalinatas de las catedrales
y los creyentes tropezaron hasta romperse las crismas, tristemente,
Cuando la Piedra de Pedro pulverizó en llanto
y no aparecía un solo profeta buscando la compasión
debajo de esa Piedra,
Llegó Francisco a secas
para inundar de luz a las tientas…