Fatal accidente ensombrece la fiesta gastronómica peruana

Fogón Caribeño
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A partir de esta primera semana de diciembre, el Perú no contará con cuatro “héroes de la gastronomía nacional”. En la tarde del viernes 30 de noviembre, los chefs Iván Kisic, María Huamani, y la pareja compuesta por el australiano Jason Nanka y la peruana Lorena Valdivia, perdieron la vida en un accidente de tránsito en el departamento de Ayachucho, cerca de la ciudad de Huanta, al sur de Lima.

Los cuatro formaban parte de una comitiva de otros 17 cocineros que visitaban a este empobrecido departamento andino para dar a conocer la dedicación de sus agricultores y potenciar el consumo de nuevas variedades de insumos nativos como las papas, tunas (fruto del cacto) y tumbos (pariente andino de la granadilla). Muchos de estos irían a ser presentados en el Festival de la Papa 2013 en Lima.

Kisic, de 35 años, había sido galardonado por el diario El Comercio como “Chef Revelación del Año 2005” y también había figurado como embajador de la Marca Perú en la muy aclamada publicidad “Perú, Nebraska”. Estaba próximo a abrir su primer restaurante, ya que hasta el momento de su lamentable fallecimiento era consultor gastronómico y chef del restaurante de vanguardia novoandia La 73 en el bohemio distrito de Barranco. El rockstar de la gastronomía peruana, Gastón Acurio, se notó visiblemente consternado ante la muerte de Kisic, a quien póstumamente llamó “el mejor de los cocineros”.

En cuanto a la joven pareja peruano-australiana, ambos habían abierto en diciembre del año pasado el restaurante Nanka en el distrito limeño de La Molina, a media cuadra de la residencia de unos tíos míos. En varias ocasiones me había asomado a su hermoso restaurante, donde siempre me sorprendía ver, en la parte trasera anexa al establecimiento, un huerto suspendido de hierbas y especias orgánicas. Nanka cuenta con una construcción rústica pero elegante, con un menú divertido, innovador y --lo más importante-- lleno de respeto por los productos orgánicos locales. Aquí se conjugaba por igual el amor por la cocina, las hierbas nativas y el cacao peruano. Jason y Lorena, ejemplo de empresarismo con responsabilidad social, dejaron su sueño inconcluso a las edades de 26 y 24 años respectivamente.

María Huamaní, ayacuchana de Condorcancha, donde tenía sus chacras o fincas de papas nativas y tumbos, tuvo que luchar contra obstáculos sociales andinos para pasar de  agricultora a empresaria y dueña de su propio restaurante, Karabotas, cocina referencial del auténtico sabor de su región. Si bien la prensa limeña la ha diferenciado de los otros tres chefs al llamarla meramente “cocinera”, la verdad es que en el escenario de la cocina lo que importa es la sazón y ejecución, por lo que los ángeles, desde este viernes pasado, se deben estar dando un banquete de la mano de estos cuatro ases de la gastronomía peruana. Ya con el mundo conquistado con el sabor peruano, Dios los llamó para que conquistaran el cielo. Que descansen en paz.