Mi yo, en pleno éxtasis, este anochecer
saciará su absoluto y utópico placer.
En total erotismo, tu silueta, en mi mente he de recorrer
logrando mi insensata cordura, en completa paradoja, enloquecer.
Envuelto entre sombras mi instinto se va a perder
saturándose de tu aroma, hasta impúdicos apetitos abastecer.
A través de penumbras, mi obscena avidez he de satisfacer,
consintiendo que la fantasía de la realidad se pueda desentender.
Inmerso en modorra, a mis descocados impulsos, habré de complacer,
hasta que por falta de brío y vigor mi cuerpo haya de desfallecer.
Cuando la oscuridad de la noche se disipe y despunte el nuevo amanecer,
despertaré satisfecho, porque aunque fuera en sueño, te pude poseer.