La emigración de puertorriqueños Y2K

Economia Solidaria

A mí me ha dejado perplejo la idea de que cerca de 600 mil puertorriqueños hayan tenido que emigrar por no poder, en su punto de vista, vivir felices y dignamente en la Isla. Esto tiene un peso para la nacionalidad nuestra por el número y además tiene un efecto económico notable.

Cabe acreditar el editorial investigativo del domingo pasado en periódico El Nuevo Día sobre la emigración de puertorriqueños durante la primera década de este milenio. Las cifras que obtuvo dicho rotativo son de fuentes oficiales como el censo, hasta el año 2011, y los números son impactantes. Básicamente, cerca de 600 mil puertorriqueños han abandonado la Isla para emigrar a los Estados Unidos. Ayer conversando la noticia con mi tío en su casa, él tenía el criterio de que es mayor el número, y bien pudiese ser.

Se ha planteado por economistas el problema de la fuga de cerebros; personas que obtienen títulos universitarios y/o adiestramientos en la Isla y luego se van a los Estados Unidos. El efecto es que no logran desarrollarse plenamente en Puerto Rico al no crear industrias que generen empleos y/o que no contribuyan al fisco. En otras palabras, que son personas que potencialmente pudieran ayudar a la economía y actualmente se están iendo a otros países donde aportaran allí al desarrollo económico.

El gobernador de Puerto Rico, D. Alejandro García Padilla le ha pedido al pueblo que espere y que no se vayan. Lo que es indicativo de una futura y posible política pública de detener la emigración de puertorriqueño. Cabe recordar el anuncio de la campaña política del PPD, donde la abuelita recibe una carta de su hijo que regresa con su familia a la Isla.

Puerto Rico es una nación sometida e inmersa jurídicamente con los Estados Unidos; los puertorriqueños poseemos una identidad cultural, una historia y un idioma distinto al de los Estados Unidos; no obstante los puertorriqueños somos ciudadanos estadounidenses y podemos trasladarnos y residir sin restricción o control en cualquier estado o territorio. Esto nos distingue sustancialmente del resto de nuestros vecinos del Caribe y de América Latina en términos de inmigración. Pero más importante, en mi opinión tiene un efecto profundo en la identidad nuestra como nación, por tener que emigrar en grandes números y que haya más puertorriqueños fuera de la Isla.

Pero esta situación no es nueva en la historia de Puerto Rico, los puertorriqueños nos hemos caracterizado por movernos dentro y fuera del Caribe. Juan Ponce de León, el primer gobernador de Puerto Rico descubrió los actuales Estados Unidos, la Florida en una expedición que partió de la Isla.

Igualmente, D. Eugenio María de Hostos en su primera obra, La Peregrinación de Bayoán nos describe como los puertorriqueños somos parte de una unidad cultural, mítica e histórica con el resto del Caribe y como en una “peregrinación” nos trasladamos o viajamos a la metrópolis; guiado por los valores éticos y morales, ida y vuelta en búsqueda de la patria realizada.

Durante el S. XIX hubo un tráfico de puertorriqueños que viajaban a las otras Antillas; a trabajar en centrales de azúcar, a estudiar (en Puerto Rico los españoles nunca permitieron el establecimiento de una Universidad, lo que era necesario la formación de profesionales en el exterior), y también para realizar innumerables empresas, trámites y gestiones. En este contexto económico-social fue que se desarrolló la ideología del antillanismo.

Cuando los Estados Unidos invadieron a la Isla en el 1898, la población era de cerca de un millón de habitantes, un número mayor al de algunos estados. La emigración de los puertorriqueños a los Estados Unidos fue sistemáticamente utilizada por los gobernadores de la Isla como una medida económica para resolver el problema de la sobrepoblación. Desde los años 1920, ya los gobernadores estadounidenses hablaban de la sobrepoblación en la Isla. El mejor exponente de utilizar la emigración de personas de la Isla fue Tugwell y luego D. Luis Muñoz Marín implementó las mismas políticas. En otras palabras, que históricamente el gobierno de Puerto Rico se ha beneficiado de que grandes números de puertorriqueños se vayan a otro país.

El problema económico que plantea el gobierno de Puerto Rico es el de la fuga de cerebros; problema que no es único para Puerto Rico. En Trinidad y Tobago por ejemplo, recientemente la primer ministra Dña. Kamla Persad-Bissessar ha implementado centros de laboratorios de computadoras y campus en la Isla de Tobago, con el propósito de que los habitantes de Tobago no se fueran a Trinidad a conseguir empleos y educación.

Las soluciones para evitar la fuga de cerebros en la Isla son complejas. Hay varias alternativas, algunas que se han utilizado en el pasado y otras innovadoras. Lo fundamental es crear mejores condiciones sociales que le estimulen la autoestima de los puertorriqueños, que incluyen la solución del problema colonial de estatus. Lo clásico es crear empleos por industrias en los sectores de manufactura y servicios, situación que desde el 2000 se ha visto en estado de disminución como resultado de la llamada Gran Recesión. Lo innovador pudiese ser, utilizar ideas para la creación de programas de salud pública y otros, que le quiten los monopolios a las compañías aseguradoras y valoricen más a los médicos y a los pacientes. Además, se pudiese crear becas que obliguen a los médicos y otros profesionales, recién graduados a servir unos años en la Isla en este tipo de programas. Igualmente, los economistas han sugerido que la exportación de bienes y servicios por industrias nativas beneficia grandemente a la economía; en mi opinión, esta solución debe ser trabajada en armonía con la política del gobierno de la autosustentabilidad. Igualmente, una reforma de las leyes de cabotaje le podrían dar un notable estímulo a la economía. Es un problema que requiere necesariamente la intervención y participación del Estado.

La autoestima de los puertorriqueños está relacionada con las condiciones económicas y sociales de la Isla. En la medida que los puertorriqueños valoricemos más lo que somos y se resuelvan nuestros problemas coloniales menos se irán de la Isla.