El gusano de Guinea es realmente un gusano. Se trata de un nematodo de gran tamaño, Dracunculus medinensis, que se ingiere al beber agua contaminada y causa una enfermedad llamada dracunculosis, o enfermedad del gusano de Guinea.
Los afectados suelen tratar de aliviar el dolor sumergiendo en agua la parte infectada. Cuando este ocurre en fuentes de agua al aire libre, como estanques o pozos poco profundos, el gusano emerge y libera miles de larvas. La larva es ingerida por una pulga de agua (Cyclops), donde se desarrolla y se vuelve infecciosa en un plazo de dos semanas. Cuando las personas beben esa agua, la pulga es destruida por el ácido gástrico y las larvas se liberan y penetran por la pared intestinal. Al cabo de un año aproximadamente se forma una ampolla y emerge el helminto maduro, de un metro de largo, repitiéndose así el ciclo vital.
A principios del siglo XX la dracunculosis estaba ampliamente difundida en muchos países de África y Asia. De 20 países que eran endémicos en todo el mundo a comienzos de los años ochenta, solo cuatro –todos ellos en el continente africano- siguen notificando casos. La gran mayoría de esos casos (98%) se registran en el nuevo Estado de Sudán del Sur.