Los dolores de cabeza (cefaleas) son extremadamente frecuentes. El tipo más común es la cefalea tensional, que según los datos de los países desarrollados afecta a dos tercios de los hombres y a más de un 80% de las mujeres.
Menos reconocida es la frecuencia de la cefalea crónica diaria: la proporción de adultos que sufren cefalea todos o casi todos los días puede llegar a uno de cada 20.
La migraña ha sido más estudiada que otros tipos de cefalea y ha recibido mucha atención, aunque es menos común. Generalmente comienza en la pubertad y afecta sobre todo al grupo de 35 a 45 años, pero también puede manifestarse en personas mucho más jóvenes, e incluso en niños. Los estudios realizados en Europa y en Norteamérica han revelado que, cada año, un 6 a 8% de los hombres y un 15 a 18% de las mujeres sufren migraña. La situación es similar en Centroamérica y Sudamérica. Su mayor frecuencia en las mujeres (dos a tres veces mayor que en los hombres) se debe a factores hormonales.
Las cefaleas son molestas e incapacitantes. Pueden causar un sufrimiento considerable, reducir la calidad de vida y producir pérdidas económicas. Los episodios repetidos y el temor, a menudo constante, a un nuevo episodio pueden alterar la vida familiar, social y laboral. Sin embargo, muchas personas, entre ellas muchos profesionales sanitarios, tienden a considerar las cefaleas como molestias menores o triviales. Ello hace que la carga física, emocional, social y económica que suponen las cefaleas no sea debidamente reconocida.
En la mayoría de los casos el tratamiento eficaz de las cefaleas no requiere especialistas ni equipamiento y pruebas caras. Generalmente pueden tratarse adecuadamente en atención primaria. Los componentes esenciales del tratamiento eficaz son la concienciación sobre el problema, el diagnóstico correcto, la evitación de tratamientos inadecuados, las modificaciones pertinentes del estilo de vida y el uso fundamentado de tratamientos farmacológicos eficaces y rentables.