Tai chi: Salud y vida

Salud
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altBien temprano en las mañanas, el céntrico parque Roberto Amarán, de la capital pinareña, se colma de plateadas cabelleras y espíritus que no marchitan.

Antes que el sol caliente, decenas de abuelas y abuelos ocupan la amplia instalación para realizar ejercicios de tai chi, milenario arte marcial chino, cuya práctica suma cada vez más adictos en Cuba.

Dados a la felicidad de vivir, ciudadanos mayores de 60 años, fundamentalmente, dedican espacio de su tiempo libre a una actividad con probados beneficios para salud física y mental del individuo.

Cuando el astro rey declina, en otras plazas públicas de la ciudad vueltabajera, también personas de la tercera edad, desafían la vejez con ejercicios, giros y movimientos suaves y armoniosos, que contribuyen al bienestar y la vitalidad.

Nada de milagro

Mery y Xiomara, mis vecinas, hace tres años se incorporaron al Tai chi. Desde entonces hay un cambio notable en sus vidas. Atrás quedó el estrés e incrementaron el ánimo, el equilibrio y la fuerza.

Ambas, ya jubiladas, realizan los quehaceres del hogar, hacen mandados, y otras diligencias que contrastan con la edad. Sin dudas, mejoró su calidad de vida.

Fuente de salud y vida

Materiales consultados afirman, que la practica sistemática favorece la concentración, las funciones respiratorias y cardiovasculares, además de fortalecer los músculos y articulaciones.

Contribuye a controlar la hipertensión arterial, la Diabetes mellitus y el Asma bronquial, entre otras dolencias.

Todo ello es razón poderosa para apropiarnos del milenario Tai chi, máxime si tenemos en cuenta el acelerado proceso de envejecimiento poblacional en Cuba.

No es de asombrarse entonces, que tanto al amanecer como en las tardes, veamos a adultos mayores imprimiéndole “juventud” a la vejez.