Una idea tal vez útil acompañada de un vagón de demagogia

Política

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¿Qué hacer cuando la demagogia trae consigo una idea que quizás no sea tan mala? Me reí un tanto cuando me confronté con las palabras del expresidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, José Aponte, pronunciando la necesidad de darles a los votantes de nuestro maltrecho Puerto Rico el poder para deshacerse (por vía del voto, por supuesto) de sus oficiales electos antes de que concluyan sus respectivos términos.

En sus años de presidente cameral o Speaker, sus detractores lo apodaban “Primitivo” por una presunta falta de fósforo en su cerebro. Su incumbencia como líder cameral no tuvo brillo, pero Aponte no es ningún bruto. Es menester decir que conoce el juego de la demagogia tanto como cualquier otro político que haya tenido algo de poder en este país. Eso es mucho decir porque en la Isla del Encanto la politiquería no conoce ni acepta tregua. En aparente reacción a la serie de nuevos impuestos que el Gobernador Alejandro García Padilla y el liderato de su Partido Popular Democrático están considerando para evitar un déficit (lo cual cada vez luce como algo suprahumano), Aponte ha propuesto que se enmiende la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico para darle a los puertorriqueños el poder de “recall” como se conoce en los Estados Unidos. Se trata de remover vía referéndum de sus puestos electivos a quienes lo están haciendo mal antes de que sigan haciendo más daño. En Puerto Rico, dice Aponte, estamos pasando por una crisis de liderato y eficiencia administrativa. El hombre conocido como Primitivo procedió además a enumerar los males que nos esperan gracias al gobierno presente, tales como el alza en el agua, la electricidad, los peajes en las carreteras y otras cargas que quizás no se le ocurrieron en el momento.

La demagogia estriba en que el Gobierno pasado de su Partido Nuevo Progresista fue un gobierno totalmente inefectivo que no hizo nada para mejorar su condición fiscal y mucho menos para crear empleos y mover la economía. Se gastaron miles de millones en préstamos y fondos especiales mayormente para costear gastos recurrentes. La verdad es que todo lo que se está considerando ahora sería lo mismo que estaría considerando su Partido Nuevo Progresista si estuviese en el poder. Aponte se queja de la crisis en la solvencia en el sistema de pensiones de retiro de los empleados del Gobierno, cuya inminencia es algo de lo que se viene hablando hace años. Pues ahora llegó la hora de la verdad no solo para el sistema de pensiones sino para la capacidad de tomar prestado del Gobierno de Puerto Rico. Es la misma hora que se buscaron ambos partidos y nosotros por votar por ellos y creernos sus cuentos a pesar de evidencia disponible de que estaban mintiendo.

Pero por otro lado, uno piensa que quizás no sería mala idea que se pudiese remover vía referéndum a algunos funcionarios incompetentes cuando sea evidente la necesidad imperativa de ponerle fin a sus mandatos. Aponte dice que sería una medida para adelantar la democracia en Puerto Rico. Estamos tan faltos de fondos que hay que preguntarse si valdría la pena gastar dinero y tiempo para celebrar un referéndum de cualquier tipo. Claro, la idea de Aponte, que está en minoría, no tiene la más remota posibilidad de pasar en la legislatura. Además, cuidado Primitivo, en California sacaron a un gobernador y terminaron con Arnold Schwartzenegger.