Hay un concepto importante de la cultura aymara de América del Sur, que es el bien vivir. Es decir, y traducido en caribeño, vivir a plenitud. Este concepto es uno integrado a las constituciones de Bolivia y Ecuador, como visión y proyecto de país, para que las poblaciones estén bien. Esto recoge una mirada pluralista, integradora de las diferencias y socializadora de los recursos. En fin, se trata de intentar, a partir del estado pero dirigido a la sociedad civil, que todos los grupos étnico-nacionales, puedan estar bien, y sentirse representados.
En Puerto Rico todo indica que se ha llegado a un punto en el cual bajo la relación política existente con los EE.UU, no es posible alcanzar más desarrollo social y político. En esta medida, salvo que haya un cambio dramático en la relación política con los EE.UU, las posibilidades de que los puertorriqueños que aún quedamos en la isla nos enfrentemos aun futuro sin futuro.
En el Caribe hoy se están dando grandes debates en torno a la integración y desarrollo conjunto, de los cuales Puerto Rico no forma parte. Recientemente, a manera de ejemplo, en la Habana, se realizó la XII Conferencia Mundial de Energía Eólica. Lo interesante es que la Universidad de la Habana propuso establecer un proyecto común de investigación para la región. Pase o no pase, Puerto Rico no puede aspirar a participar en el mismo.
Dicho lo anterior, hay que reconocer que el Departamento de Estado de Puerto Rico intenta insertar a la isla en cuanta organización internacional existe de momento en el Caribe. Esto es un paso de adelanto. Pero entrando como observadores, ¿podríamos mejorar nuestra posición social?
Ya veremos. Izar la bandera de Puerto Rico es un primer paso para determinar una identidad caribeña. Aunque, se necesita un poco más que eso. Se necesita un mayor grado de poderes soberanos.