Más allá del festival…

Cultura

altEl tiempo vuela. ¡Quién diría que han pasado tres décadas desde el momento en que la vetusta Cancha Luis Muñoz Marín de San Sebastián abrió sus puertas para presentar a Puerto Rico el Festival Nacional de la Hamaca!  Allí nació ese evento cultural que inicialmente se creó para ofrecer a nuestros hamaqueros un mercado para su producto artesanal. Con el paso de los años este Festival se convirtió en el nicho que habría de albergar y facilitar la exposición de otras manifestaciones creativas de nuestra cultura.

Año tras año, cada celebración nos ha llegado acompañada de un vistoso cartel conmemorativo, el que ha venido a enriquecer la tradición de esta expresión gráfica puertorriqueña. Los pepinianos Ramón Soto Ríos e Isabel Bernal; el lareño Jaime Cruz y el jayuyano Luis Vega han sido los artistas plásticos cuyo arte ha sido instrumento para transmitir el mensaje cultural de este proyecto. Son muchos los compatriotas que hoy atesoran la colección completa de estos carteles. El festival además ha incluido entre sus atracciones exposiciones de pinturas de diferentes artistas y talleres de artesanías para el disfrute de las personas que nos visitan durante estos tres días de fiesta puertorriqueña.

En lo que respecta a la expresión literaria, los organizadores de este festival han mantenido la tradición de publicar un anuario. Esta publicación ha permitido documentar la trayectoria y evolución del festival, así como las actividades anuales que realiza la Casa Pepiniana de la Cultura, entidad creadora y productora del proyecto. Pero, más allá, también ha servido como medio para divulgar la obra poética de algunos pepinianos y la creatividad ingeniosa de nuestros más destacados artesanos. La publicación se ha convertido en documento de consulta sobre diversos temas culturales, específicamente sobre la artesanía que identifica al pueblo de San Sebastián: el tejido de la milenaria hamaca.

Para acompañar a nuestros hamaqueros los organizadores de este magno evento se han ocupado de invitar lo mejor de la clase artesanal puertorriqueña. Quienes visitan esta feria artesanal tienen la garantía de que en “La Hamaca” encontrarán la muestra más representativa y variada de la artesanía puertorriqueña.

La tarima de este evento cultural siempre ha presentado lo más granado de nuestros valores artísticos. La norma ha sido presentar espectáculos puramente puertorriqueños. Las pocas excepciones a esa norma sólo le han dado paso a expresiones del folklore latinoamericano con propósitos de educar al puertorriqueño sobre nuestra vinculación con otros pueblos hermanos. Desde su génesis, el Festival Nacional de la Hamaca, ha presentado a los mejores exponentes de nuestra música autóctona. Andrés Jiménez, El Jíbaro; Nano Cabrera y Antonio Cabán Vale, El Topo; que encabezaron el espectáculo del primer festival en 1981. La lista del talento que ha desfilado por esta tarima es muy extensa. He aquí algunos ejemplos: El Gran Combo, Andy Montañez, Plena Libre, Estampas Pepinianas, Ecos del Guajataca, Jibaro Jazz, Edwin Colón Zayas, Luz Celenia Tirado, Victoria Sanabria, Ángel Luis Torruellas, Atabal, Mapeyé, Familia Ayala, Truco y Zaperoco, Tepeu (música andina), Príncipes del Ballenato (música colombiana), Pupi Santiago(son cubano), Bandas de Acero, Banda Comunitaria de San Sebastián (proyecto de la Casa Pepiniana de la Cultura) y muchos más. Diversas manifestaciones de nuestro folclore y el latinoamericano han conformado los espectáculos artísticos: música típica de cuerdas, expresiones afroantillanas, música caribeña como el calipso, ballenato colombiano, son cubano, música andina, expresiones taínas borinqueñas, salsa, la fusión musical, trovadores (masculinos, femeninos y niños), el jazz criollo, titiriteros y hasta música del ayer. Nuestros niños también han tenido espacio en el programa, en muchas ocasiones como intérpretes de instrumentos y en otras como cantores y bailadores de nuestra música. También los niños han sido participantes interactivos con los Títeres de Mario Donate quienes les han narrado cuentos tradicionales de nuestro folclore, y con los pepinianos Títeres de Borikén nuestra niñez ha conocido de manera jocosa el proceso de confección de nuestra hamaca.

Han transcurrido treinta años de oportunidades para nuestro talento autóctono, cuyos honorarios han sido honrados con absoluta responsabilidad. Este festival ha presentado el talento de figuras profesionales ya establecidas y ha servido además para proyectar a muchos artistas a nivel nacional. Sin duda alguna, la contribución del Festival Nacional de la Hamaca a la promoción, presentación y desarrollo de nuestros valores artísticos ha sido una de primer orden. Hoy por hoy, nuestro festival es uno de los defensores más consecuentes de nuestra música, sin que ninguna ley obligue a sus organizadores a cumplir con un 100% de música autóctona. Por el contrario, para la Casa Pepiniana de la Cultura esto es y siempre será una cuestión de principios.