La cultura del chisme refinado nos lleva al hoyo

Cultura

altDurante los últimos 20 años en Puerto Rico, se le ha perdido el respeto a las figuras públicas como también al periodismo de farándula. En ese sentido, los programas de chismes han mantenido una gran popularidad, publicando noticias sobre las intimidades y las vidas privadas de los famosos. Muchas veces informan situaciones reales, pero en otras no; por falta de corroboración o fabricación de las mismas. Es un negocio redondo, que tienen como elemento común la mofa y el relajo sobre asuntos que no son de interés público, más bien son sobre las desgracias de los demás.

Los chismólogos son pseudoperiodistas del bochinche, representan los valores más bajos que se puede aspirar en la prefesión del periodismo. Actualmente, hay varios de estos en medios masivos como la radio y la televisión. En la prensa escrita no conozco de ningún medio que se tome dicho riesgo, por el momento. De estos lo más notorios son 2 programas televisivos; “Dando Candela” de Telemundo, donde labora como presentadora principal la señora Alexandra Fuentes; también está el programa “Lo se todo” de WAPA TV. Aunque estos programas son vistos por cientos de miles de puertorriqueños, recientemente ha habido una tendencia y reacción del público, a la cual yo me uno, de no apoyar los mismos y a sus auspiciadores.

Es necesario diferenciar como este tipo de programa y las informaciones que presentan serían ilícitas en otras jurisdicciones, donde está claramente definido los derechos de la prensa frente a los derechos de privacidad de las figuras públicas. Yo recuerdo que cuando estudié un curso de Derecho Constitucional en España, nos dieron un ejemplo de cómo unas fotos de Carolina de Mónaco desnuda, tomado y haciendo cosas indebidas en un hotel sencillamente no eran un asunto de interés público, por lo que la publicación de las mismas resultó en la concesión de daños a favor de la princesa. Por el contrario, en estos programas de Puerto Rico, la norma es que basta que sea figura pública para presentar lo que sea.

Consecuentemente, el chisme trae un humor negro en todo esto, por lo ridículo de algunas de las informaciones presentadas. En ese sentido, Kobbo Santarrosa con la Comay fue el mejor que explotó este teatro de lo absurdo. Mayormente en sus inicios en el “Show del Medio Día” junto a Eddie Miró crearon unos espectáculos surreales, todos basados en el chisme. Hoy en día la tendencia es diametralmente opuesta, va hacia refinar el chisme.

La refinación del chisme conlleva el peligro de que se legitimase el mismo. Lo que se debe tener meridianamente definido es que porque el programa de chismes se vea bonito, no es necesariamente es moral ni verdadero. Y sí digo moral, porque aunque es un término que parece estar fuera de moda, sigue siendo un fundamento importante que guía a la sociedad.

En mi opinión, los puertorriqueños debemos alejarnos de este tipo de actitud de chismes. Matando la credibilidad de personas no se hace patria. Que quede claro, es importante que los periodistas reporten asuntos de interés público, pero es vergonzoso que se valide éticamente lo que estos programas presentan diariamente.

Mi preocupación surgió cuando una niña de 8 años me invitó a ver, lo que me dijo ella que eran las noticas en el televisor de su casa y por el contrario era el programa de chismes. Qué pena me dio la ingenuidad de esa pequeña. Y qué pena por mi patria.