Abrazarse de la diversidad lingüística del Caribe con fuego liberador

Cultura

altLa diversidad de idiomas en el Caribe es una las riquezas culturales nuestras que está aún por descubrirse. En las Antillas, los idiomas principales en término de población son el español, luego el francés y el inglés. Por otro lado, hay decenas de dialectos que son hablados en el Caribe no hispánico, donde no hay una hegemonía lingüística más tradicional.

No obstante, dentro de ese collage de lenguas hay una historia compartida y una identidad cultural caribeña, que une a todos los pueblos de las Antillas. La clave para comprendernos y crear vías de desarrollo común en el Caribe está en la educación de la cultura en todas sus manifestaciones lingüísticas autóctonas. Por otro lado, si continuamos ostentándonos en solamente valorizar nuestras culturas nacionales, y en traducir todo al español o inglés, seguramente habremos descubierto solo una milésima fracción de este tesoro.

Es interesante notar, como el Caribe goza de una particular geopolítica, ya que dentro de un espacio relativamente compacto hay gran diversidad de culturas dominantes a nivel mundial. En ese sentido es similar a Europa, donde en un área contenida existen la mayoría de las culturas dominantes del mundo. La única diferencia es que aquí, para ir de lugar en lugar hace falta transportación marítima o aérea. No obstante, esto no ha impedido que las manifestaciones culturales del Caribe se hayan difundido por la zona.

Indiscutiblemente, la cultura del Caribe tiene elementos comunes que datan desde tiempos pre-colombinos. Actualmente, las diferencias están en el idioma o lenguas por las que nos comunicamos. Es lamentable, que por la única razón de que no existan traducciones al español o al inglés en Puerto Rico no conozcamos más del teatro, la poesía, el cine y artículos académicos producidos en nuestra propia zona. Es una incuestionable limitación que nos atrasa décadas, en vías a un plan común de desarrollo cultural.

Por esa razón, la clave está en la educación, ya que con buenos maestros y textos de enseñanza se pudiese entender más sobre la cultura del Caribe, y a la misma vez de otros idiomas y ricas lenguas. La aceptación y divulgación de la cultura en el lenguaje autóctono es un regalo que sentará las bases para la aceptación y expandirá nuestras mentes, más allá de las fronteras de nuestras costas. Tal vez esto no se ha hecho así por temor a perder nuestro propio vernáculo, una muy buena razón en el caso histórico de Puerto Rico frente a la americanización. Pero también pudiese ser una forma de dominio imperialista, de parte de los Estados Unidos, donde se valoriza solamente lo que publican sus universidades y editoriales en el idioma inglés, descartando todo lo otro; creando así una falacia y un fantasma de lo que es y debería ser en su opinión la cultura caribeña, lo que ellos decidan que sea.

Igualmente, en términos espirituales la diversidad lingüística del Caribe no debe verse como una condena divina, como en la antigua ciudad bíblica de Babel; más bien recomiendo verla como un fuego divino, con lenguas de fuego en nuestras mentes, que entienden todo y que asombran a los incrédulos. Es así que seguramente podremos rebasar las ataduras de la ignorancia y ser libres en una visión antillanista.