Así no más, el gobierno federal de los EE.UU decidió informarnos en el día de ayer, vía el secretario de justicia Eric Holder, que su gobierno ha dado marcha atrás a casi 100 años de persecución en el uso y disfrute de una droga en particular: la marihuana. Atemperando la postura federal a las iniciativas tomadas en el año 2012 por los estados de Washington y Colorado, el gobierno federal despenalizó el consumo de esta droga para propósito medicinal y estricto uso recreacional. Dichos estados ya habían pasado legislación que permite que en ciertas circunstancias se pueda consumir para uso personal, no obstante comprando la droga en lugares autorizados por el propio estado y pagando los tributos correspondientes.
La medida adoptada ayer por el gobierno federal, la cual se transmite como una regulación uniforme para todas las oficinas de fiscalía federal a lo largo de dicho país, lo que intenta es regular que el consumo personal no se vincule con los negocios ilegales de los carteles de narcotraficantes. En esta medida, es un asunto de regular desde la lógica de la salud cierto tipo de consumo, bajo la administración fiscal y protectora del gobierno.
En esta movida, los EE.UU se han acercado abiertamente a la legislación propuesta en Uruguay hace unas semanas. Dicho país del continente americano, fue el primero que propuso medida similar para garantizar el uso efectivo de los recursos del estado. En esta medida el continente comienza a hablar de formas similares con iguales implicaciones: es decir, se reduce el gasto policiaco y de seguridad, y se controla mejor a la población permitiendo que la misma por placer o salud, consuma una de las drogas prohibidas desde el Siglo XX.
Es curioso pero decíamos hace unos días, ante el arresto por el gobierno federal de 126 en el municipio de Caguas en Puerto Rico, que la situación era compleja pues habían dejado a igual número de familias en el desempleo. Difícil el argumento. Posiblemente la regulación anunciada ayer no modifica en nada las acusaciones, dado que se trata de narcotraficantes.
Ahora bien, la tendencia del estado, el de los EE.UU y otros en el Caribe y América Latina, nos indica que se comienzan a dar cambios de despenalización de las drogas prohibidas. Cuando esto finalmente termine, la brecha que hemos abierto hoy, nos tendremos que prepara para absolver una gran población de ciudadanos que habían sido marginados políticamente por estar presos. Ese día muchas cosas cambiaran.