San Juan- El juez presidente del Tribunal Supremo, Federico Hernández, rechazó de forma tácita a los ataques de las autoridades federales de Estados Unidos que tienen hoy a la judicatura de Puerto Rico en una difícil posición.
"Atravesamos por un momento histórico en el que se ha querido cuestionar la solidez y rectitud de una de las instituciones que le ha servido bien al país por décadas", expuso Hernández al dirigirse a la Convención del Colegio de Abogados de Puerto Rico.
Las expresiones del magistrado están dirigidas al reciente anuncio del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de que creó una unidad para investigar la corrupción en la judicatura isleña.
El jefe del FBI en Puerto Rico, Carlos Cases, anunció de forma sorpresiva la instauración de esa instancia para poner el ojo sobre los jueces, justo en momentos en que se acusaba a un prominente abogado de blanqueado de dinero.
En este caso la responsable de la fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, admitió que no había evidencia de que el abogado hubiera sobornado jueces para conseguir un nuevo juicio al ahora convicto narcotraficante José Figueroa (Junior Cápsula).
Figueroa nunca fue favorecido por los jueces y finalmente se fugó de una prisión en la década de 1990 para establecer un narcoimperio en República Dominicana, donde vivió con diversas identidades, y se codeó hasta con el embajador de Estados Unidos.
"Un ataque a la confianza en la rama judicial es un ataque a la convivencia pacífica y ordenada en nuestro país", advirtió Hernández al rechazar los comentarios de los federales que ponen en entredicho la integridad de la judicatura puertorriqueña.
Añadió que por esa razón hizo un llamamiento público a que el país confíe en su rama judicial, en la plantilla de jueces y en los mecanismos existentes para investigar y evaluar la conducta de quienes en ella laboran.
El juez presidente se retira por motivos de edad en 2014 cuando cumple 70 años, 29 de los cuales habrá dedicado al Tribunal Supremo, una década en su cargo actual.