La Democratización de la Guerra

Justicia Social

El uso de armas químicas contra civiles en Siria es el razonamiento para una nueva aventura armada de los Estados Unidos. Todos hemos sido testigos de cómo dicho argumento se ha desinflado ante la ausencia de pruebas, por un lado, y la actitud de incredulidad del pueblo de los Estados Unidos ante el empuje de sus líderes políticos. Este proceso ha demostrado que la democracia tiene una palabra acerca de la Guerra.

Las armas químicas no son un asunto exclusivo de Siria. Estados Unidos tiene su historia de uso de este tipo de armas. Incluso en el argumento a favor del ataque contra Siria se ha mencionado el uso de dichas armas por parte de Sadam Hussein contra los Kurdos en el norte de Irak. Lo interesante de este argumento es que se trata de un ataque perpetrado bajo la mirada cómplice de Estados Unidos con armas provistas por ellos a ese país.

Ahora este tipo de ataque químico constituye un acto de democratización de la guerra. Nadie queda excluido como objetivo militar ante el uso de las armas químicas. Pero tampoco quedan excluidos ante el avance del ejército más poderoso de la historia humana, según Obama. ¿No es fantasiosamente ilógico que el presidente que comenzó su mandato con un Nobel de la Paz lo termine con un acto de Guerra? El problema es mayor si consideramos que se trata de un acto de Guerra que se asemeja demasiado a los perpetrados por su antecesor. La Guerra es demasiado democrática, la muerte es para todos.

Y el Caribe no queda excluido de este proceso. La Guerra es para todos, por eso es democrática. En el Caribe tenemos una región que se ha negado a someterse con la acostumbrada facilidad a los dictámenes del imperio. Si es que podemos, con perdón de los infortunados que se duelan, usar esa palabra. Venezuela, el Caricom, las repúblicas caribeñas libres, las que se dejaron sentir, las que ya dijeron su palabra. Un ataque a Siria es irrazonable. No apoyamos una nueva Guerra. Este Caribe que está escribiendo una nueva democracia ha dicho su palabra. Ahora se trata de una nueva región, con voz propia.

Estados Unidos sigue siendo la gran democracia, la Guerra será su palabra final. El ejército más poderoso que ha conocido la historia humana, según Obama. Ese Estados Unidos, esa democracia, demasiado democrática, que esparce violencia sin ton ni son. Esa gran democracia se enfrenta a la nueva región, la nueva democracia de las voces muchas, de las voces variadas y de las voces de paz. El Caribe es una nueva región democrática y se enfrenta, se sigue enfrentando, a la vieja democracia. La Gran Democracia que se ha visto anulada por las democracias.

Tal vez el tiempo es de las voces múltiples. Las democracias que comienzan a arruinar el gran proyecto de la democracia de la violencia. Es cierto que la Guerra es democrática, todos mueren, pero el Caribe es la nueva democracia. Muchas voces, muchas visiones, muchas palabras que son capaces de enfrentar al Armagedón. Antes fueron las democracias de la violencia, la democratización de la muerte y hoy, en el Caribe, es la democracia de la vida y la democratización de la Paz.