El presidente de los EE.UU, Barak Obama, habló en la noche de ayer de sus planes militares y otros ante el conflicto en Siria, y en particular contra el gobierno de dicho país. Fue un mensaje confuso. Por un lado nos invita a reflexionar que hay que hacer algo para detener “al dictador” de Siria. Por otro lado, nos indicó que prefiere darle espacio a las negociaciones políticas.
Dicho lo anterior, Obama asumió el supuesto error político de su secretario de estado, John Kerry, quien el día de ayer invitó a Siria a deponer todas sus armas de destrucción masiva y ser intervenida por la comunidad internacional. Este pequeño juego de palabras fue interceptado por el canciller de relaciones internacionales de Rusia, Sergei Lavrov, quien lo propuso como forma de resolver el conflicto. Subsecuentemente el conflicto comenzó a disiparse, en la medida que más y más países asumieron la propuesta ofrecida como parte de una solución política y no militar. La intervención ofrecida por el presidente Obama, ahora promueve una solución pacífica aunque reconoce que debe tener la capacidad para actuar militarmente en caso de ser necesaria.
Realmente hablando la posición del presidente Obama ha sido muy confusa en este caso. Verlo anoche por los sistemas de noticia dominantes, fue un tanto preocupante. En particular, porque en la espiral de la violencia, fue él el que indujo al público a apoyarlo en una acción armada, y poco a poco es el mismo el que dice que dejen ahora la solución política implementarse.
Los grandes ganadores fueron también mencionados por el presidente de los EE.UU. Son estos los Rusos. En particular porque fueron estos a través de Lavrov los que plantearon un poco más de tiempo en pro de conseguir un consenso en torno al decomiso de las armas de Siria.
Dicho lo anterior, en una conferencia de prensa que dio el presidente Vladimir Putin en Rusia ayer, éste indicó que la idea de decomisar las armas de Siria, la había él discutido con el presidente de los EE.UU durante la Cumbre de los G20 en Rusia, la cual se celebró en Moscú. Si esto es así, Obama no sólo habló anoche, sino que también mintió.
Alguien tendrá que explicarnos, entonces, de qué habló el presidente. Lo que sí podemos estipular y reconocer, es el hecho que los grandes ganadores de este conflicto son los rusos.