En Puerto Rico todo es “tiraera” incluyendo el desquebrajamiento de un hospital

Política

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En el Reggaetón se le llama “tiraera” a los debates tipo controversia que protagonizan par de exponentes del género musical. Se cruzan palabras con cada aparición en tarima o cada grabación. Cuando uno presencia el debate que han causado unas muertes en uno de los hospitales más importantes de la Isla, parece que la “tiraera” es una forma de abordar o merodear la realidad en Puerto Rico.

La semana pasada la prensa dio la alerta de que un brote bacteriano estaba ligado a varias muertes de pacientes en la unidad de cuido intensivo del Hospital de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Ayer un reportaje de portada del periódico El Nuevo Día y un informe del Centro de Periodismo Investigativo señalaron que el cuadro del contagio con la bacteria no solo se podía trazar al año pasado sino que las muertes triplicaban las aceptadas por Francisco Joglar, quien renunció el viernes como secretario del Departamento de Salud. Los reportes se basaron en un informe del Center for Disease Control en Atlanta. El documento, se dice, apunta a que hasta 69 pacientes se contagiaron por la muy resistente bacteria.

Respondiendo al titular, el administrador del hospital Domingo Nevárez dijo en una entrevista radial temprano en la mañana que el reportaje daba la impresión “equivocada” de que la bacteria había causado las muertes. El informe no confirma que la bacteria, que lleva el nombre de Acinetobacter baurmanii, fue la causa directa de la muerte de los 32 pacientes, pero tampoco dice que no tuvo nada que ver, de acuerdo a los partes noticiosos. Nevárez acusó al reportaje de ser “inflamatorio” y que este podría ser responsable por qué ciudadanos enfermos no acudiesen a buscar tratamiento. Un comentario curioso ya que en Puerto Rico hay decenas de hospitales. No tardó el presidente del Colegio De Médicos Cirujanos, Enrique Ibarra, en aclarar que aunque el informe no dijese directamente que la bacteria causó las muertes, cuando los pacientes  están en condición crítica y se infectan con una bacteria, esta podría considerarse una “causa concomitante” de su fallecimiento. Explicó que es común que una infección bacteriana acelere fallos en los sistemas corporales de estos pacientes debido a su baja resistencia y condición inmunológica. Señaló que estos pacientes pueden morir hasta de un catarro. Excusó a Nevárez por decir tajantemente que la bacteria no era responsable por las muertes ya que este no es médico sino abogado. Pareció una intervención normal para el jefe de una organización médica, pero acto seguido despotricó contra el presidente de la Junta de Gobierno de la UPR, Jorge Sánchez, a quien acusó no muy veladamente de las estrategias para suavizar la información ya que este, de acuerdo a Ibarra, es quien realmente “manda” en el Departamento de Salud. Fuerte acusación. La subdirectora del departamento (hasta el viernes) Brenda Mirabal había dicho que aunque ya en enero se sabía de la situación particular en el hospital, se optó por el silencio para “no causar alarma” en el público. Por supuesto, Sánchez dijo que las acusaciones de Ibarra eran mentiras.  A todo esto se le suman los comentarios de exdirigentes del departamento, quienes habían ya criticado el manejo de la crisis. Dijo un comentarista radial que lo que pasa con Ibarra es que quiere que lo nombren secretario del departamento.

La nueva secretaria (interina) lo “resolvió” todo al nombrar a una comisión de monitoreo del hospital, lo que causara que un legislador se preguntara en voz alta por qué no cerraban la institución temporeramente. Oh, y se me olvida, Nevárez renunció forzosamente anoche.