La visita de los teólogos Cornell West y Samuel Cruz a Puerto Rico la semana pasada fue, sin lugar a dudas, todo un éxito. En particular, el gran Puerto Rico descubrió a la figura del máximo intelectual vivo de los EE.UU, Cornell West. Quien curiosamente conocía más de Puerto Rico de lo esperado, toda vez que había visitado mucho la isla mientras estuvo casado con una mujer de origen boricua.
Dicho esto, siempre me he preguntado por qué tanto deslumbramiento antes la figura de West. ¿Por qué nadie lo nombraba en sus trabajos académicos o políticos, si tanta gente lo conocía con anterioridad a esta visita? Es tan curiosa la contestación a esta pregunta, que solo la puedo afirmar desde una lógica de los discrimines y xenofobia históricamente existente en Puerto Rico contra los llamados morenos de Nueva York. Es decir, la comunidad boricua de Nueva York, esa que lleva más de 100 años en los EE.UU y que ha influenciado mucho del pensamiento y cultura local, unido a las propias formas y maneras de racismo existentes en Puerto Rico, han sido tal vez las causantes de nuestro desconocimiento del legado de Cornell West a las luchas sociales en general en los EE.UU, y a toda forma de discrimen racial tanto en su país como en el mundo.
La comunidad afro-americana de los EE.UU es mucho más que el Reverendo Jessie Jackson o el Reverendo Al Sharpton. Ambos pastores y activistas se hicieron muy famosos en Puerto Rico durante los difíciles años de lucha por el pueblo de Vieques contra la marina de guerra de los EE.UU. Ahora bien, ¿por qué no nos interesó saber más de los otros, tales como Bell Hooks, Michelle Wallace, Maya Angelou, Henry Louis Gates, Jr., y el propio Cornell West?
Hemos abierto una puerta importante con la visita de West a Puerto Rico y el destaque de prensa escrita por él recibida. Finalmente, todos los medios de prensa del país, tuvieron que destacar que había un negro importante visitándonos. No era cualquier negro. Se trata del filósofo más importante el cual a su vez es teólogo, es afro-descendiente, es músico, actor y sobre todo muy carismático al hablar. Esta noticia sí que puso a Puerto Rico en los radares globales, pues en todo sitio que Cornell West visita, se torna en una noticia global.
El digno reconocimiento ofrecido por la Universidad de Puerto Rico de abrir el Teatro de la institución para recibirlo, no pasó en vano. De igual forma, no debe pasar en vano, que nuestro principal aliado histórico en los EE.UU por las luchas de igualdad y derechos civiles, lo ha sido la propia comunidad Afro-descendientes. Este detalle lo había visto en su momento el Partido Socialista Puertorriqueño, mientras organizó comunidades en Nueva York.
En un momento que luchamos por la libertad de Oscar López y la soberanía de Puerto Rico, debemos de establecer alianzas con el pueblo afro-americano. Ya Cornell West y Samuel Cruz, antes de irse de Puerto Rico lo afirmaron: su próximo proyecto es contribuir a la libertad inmediata de Oscar López.