El presidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), Héctor Pesquera, condenó hoy la complicidad de Estados Unidos con el terrorismo hacia Cuba, al cumplirse hoy 37 años del crimen de Barbados.
El dirigente izquierdista puertorriqueño refirió que mientras Washington alega de forma hipócrita que combate el terrorismo, brinda protección a Luis Posada Carriles, autor intelectual de la voladura el 6 de octubre de 1976 de una nave de Cubana de Aviación, en la que murieron 73 pasajeros y tripulantes.
"Como miembros de la comunidad caribeña y latinoamericana, hacemos nuestro el dolor y la consternación de todas las familias afectadas por las burdas acciones de contrarrevolucionarios amparados por el gobierno de Estados Unidos", expresó Pesquera.
Afirmó que el terrorista Posada Carriles, autor confeso de la voladura con dos bombas del avión, reside impunemente en Miami a pesar de su historial de acciones violentas contra Cuba al servicio de la CIA.
Manifestó que tampoco Washington ha tenido en cuenta la solicitud de extradición de la República Bolivariana de Venezuela, de donde escapó en 1985 mientras esperaba sentencia por el atentado en Barbados.
Pesquera recordó que en este acto criminal murieron los 24 integrantes del equipo nacional juvenil cubano de esgrima que había ganado todas las medallas de oro en los Campeonatos Centroamericanos y del Caribe, así como cinco jóvenes de Guyana que se dirigían a Cuba para estudiar medicina.
El dirigente del MINH exigió a Estados Unidos que deje de proteger a terroristas como Posada Carriles.
A la vez, que demandó el esclarecimiento de los asesinatos de Santiago Mari Pesquera, hijo del ya fallecido líder socialista Juan Mari Brás, el 24 de marzo de 1976, y del activista independentista de origen cubano Carlos Muñiz Varela, el 30 de abril de 1979 en un acto terrorista.
"Al igual que Cuba, también en Puerto Rico conocemos el terrorismo de los amigos de Posada Carriles", dijo al referirse a ambos casos.
Añadió que hubo otros, bombas y asesinatos de camaradas, pero que ninguno de los crímenes perpetrados por los contrarrevolucionarios cubanos ha sido solucionado por el Buró Federal de Investigaciones ni por la policía de Puerto Rico a pesar de la mucha evidencia con que cuentan.