En el día de ayer, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, luego de haberse pasado una semana de trabajo en los EE.UU, participando fundamentalmente en actividades de carácter económico, nos anunció el nombramiento de James Tuller como jefe de la policía de Puerto Rico. Este nombramiento surgió luego que de forma abrupta, el lunes 28 de octubre, el entonces jefe de la policía Héctor Pesquera, dimitiera de forma sorpresiva a su puesto.
Es curioso, pero nadie conoce a James Tuller Cintrón. Ahora sabemos que su madre era boricua, no así su padre quien era un militar de carrera. Más aun, que estudio parte de la escuela elemental en Puerto Rico, mientras su padre estuvo destacado en bases militares en la isla, para luego mudarse por otras ciudades militarizadas de los EE.UU. Lo cierto es que desde los 21 años pertenece al sistema de seguridad secundario de la ciudad de Nueva York, estando adscrito por muchos años al sistema de seguridad de los edificios públicos de dicha ciudad y más recientemente como jefe de la policía de tránsito de Manhattan. En fin, su experiencia policiaca, aparte de tener una licenciatura en estudios policiacos, maestría en administración pública, y haberse graduado de la escuela del Buró Federal de Investigaciones (FBI), ha estado en dirigir fuerzas secundarias de seguridad en Nueva York.
El problema entonces yace en pensar en el historial de vida de Tuller. Lo más controversial que se encuentra es que dio multas de tránsito a la comunidad judía en su celebración de fiestas religiosas. Luego ha tenido diferencias con la comunidad ciclista. Pero en la segunda ciudad de los EE.UU donde existen más controversias por violación de derechos civiles contra la policía (la primera es Los Ángeles), no existe un expediente contra Tuller Cintrón de naturaleza controversial. Esto se debe a que sus funciones no estaban guiadas abiertamente hacia la policía fuerte y dura de la ciudad. .
Ahora lo más controversial hoy del Sr. Tuller Cintrón es saber quién es él. Nos siguen diciendo que por ser boricua todo habrá de estar bien. No sabemos. Las preguntas que me hago son básicas: ¿Tiene la preparación para dirigir el cuerpo policiaco de Puerto Rico? ¿Tiene conocimiento de los problemas sociales y la idiosincrasia del Puerto Rico contemporáneo? En los racismos boricuas isleños, ¿hace una diferencia que Tuller Cintrón venga de Nueva York y no de Florida?
Quiero darle el privilegio a la duda. Nos parece que es el nombramiento más vulnerable del gobernador en lo que va de año. Es el menos pensado. Es el más apresurado y sin fundamentos claros. Boricuas en la diáspora todavía hay 4.5 millones que reclaman poderlo hacer. No obstante había talento en la isla, con 3.5 millones de boricuas, nacidos, criados y aun asumiendo el reto de quedarse en la isla, y dispuestos a dirigir la policía. No obstante, el gobernador asumió un reto extraño, invitar al jefe de la policía de tránsito de Nueva York, para que nos cuide en la isla.
Todo me hace sentir que junto a Juan Mattos, el nuevo síndico de la policía de Puerto Rico nombrado por el gobierno federal para restructurar la policía, hemos regresado a la década de 1930 – al colonialismo duro. Habrá que ver, habrá que ver lo que pasa en Puerto Rico.