Más que un nombramiento

Justicia Social

El debate público se ha movido por rumbos conocidos. Nos vamos por las ramas discutiendo el caso de la renuncia del superintendente de la policía y el nombramiento de un Asesor Técnico de Cumplimiento en el caso del Tribunal Federal. Digo que nos fuimos por las ramas por que las primeras reacciones, sobre todo de los medios que controlan el discurso público en Puerto Rico, se centró en el tema del salario del Asesor Técnico o sobre el tema del chisme de Pesquera y su renuncia. Todos los medios de control social en la Isla se quedaron en lo que no tenía importancia. Nadie en esos medios mencionó las palabras esenciales, Derechos Humanos, Derechos Civiles.

El caso en el tribunal Federal tiene que ver con Derechos Civiles. No quiero pecar de inocente y debo afirmar que conocemos que los federales tienen su responsabilidad en la larga tradición de violaciones de Derechos Civiles en Puerto Rico. Quien puede olvidar que Puerto Rico vivió una de las dictaduras más largas del Caribe con gobernadores impuestos por cincuenta años. Por otra parte, este hecho no debe empujarnos a olvidar que de lo que se trata en este caso es de reivindicar los derechos de los ciudadanos. Si hace falta una reforma de la policía que requiere el nombramiento de un Asesor Técnico de Cumplimiento es por que el patrón de violaciones de derechos es insoportable, incluso para los federales.

Lo que más me preocupa en el discurso público es que olvidamos que se trataba de Derechos. Nos centramos en el chisme, en la salida, en la renuncia, en el hecho de que son los federales los que están haciendo el nombramiento. Nos olvidamos del Puerto Rico que queremos. Queremos un Puerto Rico donde podamos dar el paso de los Derechos Civiles a los Derechos Humanos. Un Puerto Rico donde los medios hagan las preguntas correctas.

Queremos un Puerto Rico de Derechos Humanos y eso implica que a la hora de hablar del nombramiento del nuevo Superintendente hay que preguntar no por el salario sino por su experiencia en el ámbito de los Derechos Civiles. Hay que preguntar cómo se ha relacionado con las violaciones de Derechos Humanos en Nueva York. Hay que preguntar sobre su compromiso con el paso de los Derechos Civiles a los Derechos Humanos. En el momento de preguntar sobre el nombramiento del nuevo Superintendente debemos preguntar si sabe la diferencia entre Derechos Civiles y Derechos Humanos. Pero sobre todo debemos preguntar cómo es que nadie hizo estas preguntas. Esto es en definitiva algo más que un nombramiento. Se nos va la vida en una reforma que adopte los Derechos Humanos como referente para dirigir las funciones de la policía. Si no preguntamos sobre eso hemos perdido nuestro tiempo.