La encuesta…. Un atentado a la cultura democrática

Justicia Social


altEn lo que va de semana, el principal conglomerado periodístico y mediático controlado por capital puertorriqueño, ha pronunciado por vía de una encuesta a los gobernantes de turno, que la administración del gobernador Alejandro García Padilla, es un soberano desastre.  Así las cosas, el gobernador ha andado todo el día de ayer miércoles, dando vueltas como la noria (la llamada estrella en las máquinas de fiestas patronales) anunciando que “con humildad recibo el veredicto del pueblo”, y que lo ve como un reto para mejorar.  Pero me pregunto, ¿alguien de sus asesores, en sano juicio, se habrá cuestionado donde yace el problema, si en el mensajero o en el mensaje?

Desde la perspectiva de hacer estudios de impresión o reacción a los problemas sociales, toda encuesta por profunda o ligera que sea, puede captar una reacción o percepción popular a un evento o fenómeno. Así las cosas, al día siguiente de las elecciones, el pasado 6 de noviembre, pudimos haberle hecho las mismas preguntas a los electores de como se sentían con el gobernante electo, y alguna impresión pudimos haber recogido de éste.

Ahora bien, la encuesta realmente hablando a un año de las elecciones, es más que nada la intención mediática de hacer noticia (contenido), vender  anuncios (pautas) y sobre todo imponer una lógica de cultura democrática que es de forma contradictoria está en negación a los propios postulados que dicho conglomerado periodístico impulsa de forma directa y a través de un consorcio ciudadano que fundó y apoya económicamente.  Es decir, en sano juicio racional, para un pueblo educado y con alta participación política ¿Qué se puede evaluar de un gobernante, que apenas desde el 1 de julio está desarrollando una política pública bajo un presupuesto controlado por él y que apenas en cuatro meses se encuentra en vía de desarrollo?

Las encuestas lo que han demostrado es que se contesta lo que de forma cultural y rutinaria nos hemos acostumbrado a decir: nuestros gobernantes son todos malos.  Por ende, la encuesta al día de hoy, demuestra una consistencia, con la misma encuesta realizada a gobernantes como en su momento Luis Fortuño (2009), Aníbal Acevedo Vila (2005).  Todos eran unos desastres según los consultados; aunque, el problema central surgía a partir de la encuesta y las preguntas realizadas.

Si tomo por ejemplo a Luis Fortuño, en noviembre del 2009, a un año de su elección, el pueblo de Puerto Rico había sufrido dos embates: por un lado La Ley 7 y el despido de sobre 30 mil empleados públicos; y por otro lado ya había tenido que lanzarse a la calle para efectuar un paro general el 15 de octubre de 2009 contra las formas y prácticas anti-democráticas de dicho gobierno de turno.

Pues bien, la encuesta de opinión del principal conglomerado periodístico del país, es más que nada un ejercicio de farándula para auscultar si nos cae bien o no el gobernante.  Pero en nada hace preguntas profundas sobre calidad de vida democrática, sobre contenido de los pocos programas implementados, y más que nada, cuáles son las preocupaciones de la gente y como las mismas se han ido canalizando. ¿Ha mejorado o cambiado mi cultura de vida democrática?

Concluir que el 65%de la población desaprueba al gobernante de turno, es producir una conclusión descabellada a destiempo: ¿sobre qué práctica de gobernanza? ¿Sobre proyectos implementados o sobre mi percepción de la estética del gobernante?

Tal vez el gobernador debió asumir dicha encuesta, y continuar su trabajo del día (algo así como hiciera Luis Fortuño en su momento ante el mismo resultado desastroso).  Pero no lo hizo. Sus asesores, nuevamente, lo llevaron a la esquina del miedo en lugar que a la esquina del protagonismo.  Pero si en algo tuvo acierto el gobernador fue, y de forma un tanto irracional, reclamar que habría de lanzarse a su reelección en el 2016.

Como el boxeador Miguel Cotto, de origen puertorriqueño y siendo campeón en tres divisiones distintas, cada vez que pelea en tiempos recientes y pierde, lo primero que dice es que va a seguir peleando.  Es un problema de actitud.  Pues todo indica que esa actitud es la que asumió el gobernador en el día de ayer.  Aún no ha pasado nada, por lo cual no hay nada por qué preocuparse.  Le aconsejamos que gobierne, y que en cuatro años lo evalué el pueblo. De paso, no le haga caso a las encuestas, pero más que nada, cambie de asesores.