De un plumazo, el gobierno de los EE.UU por vía de su secretario de estado, John Kerry, declaró el fin de la Doctrina Monroe, la cual desde el 1823 había regido la política exterior de los EE.UU para el Caribe y América Latina.
Ante este cuadro, es importante puntualizar que para el secretario Kerry, EE.UU se enfrenta ahora ante un nuevo cuadro de relaciones inter-estatales, lo que amerita un distanciamiento con el pasado. La nueva relación requiere, según él, un respeto a la diferencia, y promulgar que los problemas inter-regionales se resuelvan a partir de acuerdos regionales que involucren a los estados y organizaciones regionales. Kerry expuso estas ideas ante la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) el pasado lunes.
Para los que hemos vivido en el Caribe, sabemos que estas intervenciones dentro de la política imperialista de los EE.UU, albergan el recuerdo de Puerto Rico (1898), Haití (1915), Republica Dominicana (1916 y 1965), Cuba (1961) y Grenada (1983) entre otras acciones militares en la región. Por ende, sí realmente se finaliza esta política histórica, podríamos comenzar a explorar otro tipo de relación con los EE.UU.
Tal vez el primer gesto de concretar el fin de la doctrina Monroe, es un acto colateral de la misma que afecta de forma profunda al Caribe. Se trata de la política de bloqueo unilateral comercial que el gobierno de los EE.UU desde el 1962 ejerce contra la hermana república de Cuba. Finalizar efectivamente la política del bloqueo, más allá de las palabras de Kerry, constituiría un primer acto de modificar profundamente la doctrina Monroe. Hay que ver para creer.