Las raíces caribeñas de Nelson Mandela

Justicia Social

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Luego de tantas palabras de elogios para Nelson Mandela, ante su partida, queda la reflexión. Una vida como la de Mandela no puede dejarse en manos de los que han ostentado el poder por tanto tiempo. La figura de Mandela tiene que ser recatada en su propia perspectiva. Vivió como quiso, y en una entrevista televisiva afirmó que no se arrepentía de nada de lo que había hecho.

Los medios de Estados Unidos no han respetado esa voluntad y han trata de convertir a Mandela en un arrepentido de la lucha armada. Nada más lejos de la verdad sobre Mandela.

Su vida transcurre en medio de un sistema de exclusión no muy diferente al del sur de los Estados Unidos durante la era de la segregación. Se compromete con la lucha contra dicho sistema y afirma en su  autobiografía que en algún momento a finales de la década de los cincuenta comienza a cambiar su opinión al respecto de la lucha no-violenta y del comunismo. El materialismo dialéctico se le presenta como un instrumento válido para comprender la realidad del negro en África del Sur. La lucha violenta comienza a presentarse como una alternativa ante el fracaso de la no-violencia. De hecho Madiba afirma que el luchador tiene que aceptar que en algún momento su enemigo dicta las estrategias de lucha.

Es un pragmático. Un nacionalista africano inspirado, como él mismo dice, por el nacionalismo de Marcus Garvey. “África para los africanos”. Esa es la lucha que va a asumir como guía. La no-violencia es una estrategia pero no un dogma. Mandela no se presenta como un dogmático ante la lucha, la pregunta en medio de la misma será por lo que funciona. El pragmatismo de Mandela es parecido al de Garvey. La lucha de Mandela está íntimamente entroncada en la lucha de Garvey.

Marcus Garvey, luchador por la igualdad y la liberación negra, nacido en Jamaica. Marcus Garvey será parte de la creación de una ideología novedosa. El nacionalismo negro radical, ese nacionalismo del que incluso participó Arturo Schoenberg, puertorriqueño que fue editor de uno de los periódicos de Garvey. Ese nacionalismo negro radical del cual Mandela será partícipe, es fruto del Caribe. Ese es una de las contribuciones principales del Caribe nuestro. El nacionalismo de Mandela nació en nuestro Caribe.

Mandela afirma que en el Congreso Nacional Africano se debatían dos perspectivas, la que afirmaba la existencia de una Sur África multicultural y la otra vertiente inspirada, como indica Mandela, en el pensamiento de Marcus Garvey. En este contexto Mandela revela que se identifica con el nacionalismo de Garvey. “África para los africanos.” Por medio de ese nacionalismo Mandela es caribeño, su pensamiento político y las conexiones entre el Congreso Nacional Africano y el movimiento de Marcus Garvey indican que el Caribe ha jugado un papel más importante del que hemos estimado hasta ahora. “África para los africanos y las Antillas para los antillanos” Hasta la Liberación Madiba.