Podemos estipularlo, seguimos de forma dominante la tradición judío cristiana del periodo navideño. Ante esto, el mercado y el capital entienden nuestro comportamiento y lo ven como correcto: hay que comprar muchos regalos y compartirlos en este período navideño.
En particular, hay que festejar en las navidades, expresando visualmente que nos encontramos en este periodo particular del año en que todos y todas celebramos. Así las cosas le pregunto, ¿ha puesto usted su árbol de navidad?
Es curioso pero de la misma forma que varias generaciones nos criamos viendo la vida de una forma, y en particular expresándonos desde ciertas maneras en el periodo navideño, hoy podemos ver como dichas tradiciones van cambiando. El llamado espíritu navideño se ha transformado. La gente no puede poner luces exteriores en sus casas, pues cuesta mucho la luz eléctrica. Por otro lado, la gente no envía postales de navidad, pues tanto lo uno, la postal, como el sello postal, cuestan. La gente prefiere invitarlo a pasarla bien, en lugar de hacerle un regalo. Pero más interesante aún, luego de pasados los días del llamado viernes negro, el sábado blanco o el lunes cibernético, las tiendas se han vaciado. La tendencia sigue siendo, a que luego del último fin de semana de noviembre, las ventas de navidad se caen.
Para ser muy honestos, estamos ante un profundo cambio cultural de nuestros entendidos de como celebrar y participar en el periodo navideño. Me parece que cada vez más las navidad no serán como solían ser. Cada vez más, para apostar al multiculturalismo, las navidades serán más ambiguas para la tradición cristiana, y mucho más neutrales para la tradición hebrea e islámica. En otras palabras, se trata, simplemente del último mes del año y frontera con el nuevo año.
Celebre las navidades como pueda. Ahorre lo más posible, pues todo está caro.