Chile en Puerto Rico: lecciones de un triunfo

Política

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Michelle Bachelet, candidata del frente amplio de izquierdas chilenas bajo la formación política Nueva Mayoría, ganó ayer en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile con el 62.7 por ciento de los votos emitidos a su favor. 

Venció en esta jornada a la candidata de la oposición de derechas, bajo la formación política Alianzas, Evelyn Matthei. Esta obtuvo el 37.3 por ciento de los votos. No obstante es importante destacar, que tan sólo el 47 por ciento de los 13 millones de electores inscritos participó en la jornada de ayer en Chile.

A pesar de todo, Bachelet regresa al poder.  Ya había estado en el poder en el 2006 al 2010. Será investida en el nuevo cargo el próximo 11 de marzo del 2014. En esta ocasión, y abiertamente apoyada por los jóvenes y estudiantes de su país, la Bachelet viene con un discurso social-demócrata de izquierdas muy interesante.  Ella viene impulsando una reforma educativa general que haría, por primera vez desde la dictadura de Pinochet, la educación primaria, secundaria y universitaria, gratuita en su país.  Esto es un hecho de suma importancia, toda vez que el neoliberalismo impuso una cultura mercantilizada de todo en Chile, y la educación es una de los grandes bastiones donde para poder estudiar tanto en la escuela primaria como en la universidad, las familias se tienen que endeudar con préstamos bancarios para poder sufragar dicha actividad.

La resistencia de los estudiantes chilenos en los pasados años se vertió en estas elecciones en un compromiso abierto de la Nueva Mayoría apoyando una reforma profunda. Dicha reforma, como ha adelantado Bachelet, se hará mediante un tributo particular el cual se crear un fondo educativo nacional.

El caso de Chile trae eco al Caribe.  Con la gran excepción de Cuba, donde toda la educación es gratuita, para el resto del Caribe la educación primaria como secundaria o universitaria, transita por un entablado de actividades empresariales que proveen servicios privados educativos.  Puerto Rico es un buen ejemplo, donde ante una matrícula universitaria anual de cerca de 200 mil estudiantes, la universidad del estado, la Universidad de Puerto Rico apenas atiende el 25% de los estudiantes.

Peor aún, el 80% de los estudiantes de todos los sistemas universitarios en Puerto Rico, tanto público como privado, dependen de un gratuidad que ofrece el gobierno de Washington, como pago de sus estudios.  Ante la crisis económica de dicho gobierno, cada vez es más complejo el que los estudiantes reciban beneficios de parte dicho gobierno, lo cual expone a todo el sistema una situación de riesgo potencial de colapsar.

Si la situación de Puerto Rico es de dependencia económica para poder estudiar, mientras en Chile se plantea hoy una de independencia económica, ¿por qué entonces no copiarnos de la izquierda chilena? Propongamos un modelo de desarrollo para Puerto Rico y el Caribe, siguiendo la experiencia de Cuba y ahora la de Chile que promueva que toda educación debe ser gratuita.