Festival habanero de cine, la historia contada por sus protagonistas.

Cultura

altLa Habana- Con la entrega de los codiciados premios Coral en las ocho categorías en concurso concluyó la víspera la edición 35 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, tras 11 días de intenso ajetreo y enriquecedores debates en Cuba.

Más de 400 obras -150 de ellas en concurso-, exposiciones, clases magistrales y eventos teóricos amenizaron cada jornada de esta cita, que para su último día reservó una especial propuesta: La historia no contada de Estados Unidos, una serie documental de Oliver Stone.

Lejos del glamour de las alfombras rojas, los cinéfilos tuvieron la oportunidad de apreciar un cine de calidad que cada vez más arrastra multitudes con nuevos códigos de comunicación que tienen como base poner en pantalla la realidad latinoamericana, recreada en la aparente ficción de personajes reales.

Cintas como La jaula de Oro, Heli, Wakolda, Pelo malo, El lugar del hijo, Gloria, El lobo detrás de la puerta y Boccaccerías habaneras, esta última el premio del público en apretada disputa con la venezolana Azul pero no tan rosa, fueron algunas de las ganadoras del Coral en sus respectivas categorías.

El lugar del hijo, de Manuel Nieto, se convirtió en la cinta más galardonada, con el segundo lugar en largometrajes de ficción, el Coral de Fotografía y el Fipresci, todos recibidos por el protagonista Felipe Dieste, quien confesó a Prensa Latina que jamás esperó tantos premios.

Pero esta cita cinematográfica también sirvió de escenario para el debate oportuno y enriquecedor sobre temas medulares como el impacto de las nuevas tecnologías, la salud del séptimo arte y el enfoque de género en los filmes de acción.

Al respecto, el periodista español radicado en Francia Ignacio Ramonet aseguró que los festivales de cine aparecen hoy como la única alternativa cultural a un sector privado que en general solo difunde películas que están supuestamente conducidas a tener éxito.

El director de la revista Le Monde Diplomatique en español destacó que los espectadores cubanos tienen un alto nivel cultural y una avidez extraordinaria de consumo cinematográfico, de ahí la idea de Alfredo Guevara (el fallecido presidente fundador) de crear este festival y extenderlo por todo el país, donde también circulan algunas películas participantes.

Precisó que la diversificación del material tecnológico tiene lugar en un contexto donde lo digital toma cada vez más fuerza, en tanto le permite a un mismo producto circular por diversos dispositivos.

La directiva de la organización Women in Films, Bárbara Boyd, alertó sobre el hecho de que actualmente el cine estadounidense de ficción es dirigido por apenas un 10 por ciento de las mujeres realizadoras, desbalance que resulta uno de los problemas más acuciantes que enfrentan hoy las cineastas de ese país.

Entretanto, la consejera cultural de la embajada alemana en Cuba, Judith Maiworm, destacó que cada vez es más común que los países europeos unan fuerzas para enfrentar las industrias cinematográficas de Hollywood.

Precisamente, con la coproducción de Alemania, Luxemburgo, Francia e Israel, Hannah Arendt (2012), abrió la muestra de cine alemán, a la que se sumaron la cinematografía checa, polaca, candiense, española, británica, surcoreana y caribeña como parte de las exhibiciones paralelas de la cita habanera.

Entre los invitados de lujo a este certamen sobresalieron el director y guionista francés Laurent Cantet, Palma de Oro en el Festival de Cannes, el productor de cine de hollywood Bill Horberg, el compositor musical y productor discográfico Robert Kraft, responsable de la banda sonora de películas como Titanic y Molino rojo, y la directora británica Andrea Arnold, Oscar en 2003 con el cortometraje Wasp.

En declaraciones a Prensa Latina, la también actriz confesó tener una relación difícil con sus películas, aunque su preferida es Fish Tank, premio del jurado en Cannes en 2009.

Achacó su recurrencia con los temas sociales al compromiso que entiende deben tener los artistas con su tiempo, y aún en thrillers como Read Road (2006) retrata las desigualdades de su país.

Pese al "jet lag", Arnold se mostró encantada con este Festival y expresó su interés en conocer más sobre la cinematografía cubana, y desea acercarse a los cineastas locales para aprender y enseñar.

El 35 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el primero sin su fundador Alfredo Guevara, ya es historia.

Pero por lo pronto realizadores y actores se llevaron a casa un gran premio: esa magia única descubierta en un espectador que, entre emociones y comentarios, le regalan la oportunidad de sentir el agradecimiento de quienes reciben los relatos como un regalo enriquecedor para su cultura.

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