Cuba, Puerto Rico y el proyecto neoliberal…

Política


¿Por qué estamos donde estamos? ¿Cuál proyecto fracasó? Estas preguntas guían nuestras reflexiones constantemente ante el colapso económico del proyecto del ELA. Pero ante esta pregunta hay que hacer otras distintas: ¿Cuál es la alternativa? ¿Ante cuáles referentes hemos colapsado? ¿Se trata del fracaso de nuestro proyecto o del de otros? Al finalizar este año debemos hacer estas preguntas, no en tono de tristeza sino de esperanza. Podemos, identificando la identidad del proyecto que ha fracasado, elaborar nuevas perspectivas de desarrollo o anti-desarrollo. Este proyecto tiene que ser entendido a la luz del Caribe completo, de Cuba en específico. Será Cuba, como referente identitario fundamental del Caribe, la que impulse, indirectamente, los proyectos hegemónicos del Caribe, incluyendo el de Puerto Rico.

El Caribe es una invención del siglo XX, Puerto Rico, como parte de la región, es un invento del imperialismo, y el proyecto definitivo del mismo en la isla, el desarrollismo, es parte de este proceso. Si afirmamos lo anterior podemos decir que el desarrollo es una invención del Caribe ya que dicha ideología se inventó como instrumento de dominio, hegemonía, en dicha región.  El desarrollo es fruto de una estrategia que se deriva de la constitución hegemónica del imperialismo de Estados Unidos en la región del Caribe. De este modo, el desarrollo como ideología política, se convierte en la alternativa ante la transformación del imperialismo en hegemonía. Ya no se trata de un imperialismo tradicional, o bobo como lo llamó Muñoz Marín, cosa que nunca fue, sino de una invención reciente que busca mantener el control de la región por medio del consentimiento impuesto.

Ante la ideología del desarrollismo la revolución cubana, y luego el proceso cubano, se convertirá en referente regional. El fracaso del desarrollismo y de la hegemonía de Estados Unidos está manifestado concretamente en el triunfo de la revolución cubana. Este triunfo, esta nueva manera de estar en medio del Caribe, elabora una nueva identidad. Entonces podemos afirmar que la revolución cubana es la primera revolución anti-neocolonial del mundo. Este acontecimiento, que reta el poder hegemónico de Estados Unidos, pone de manifiesto las debilidades del desarrollo como proyecto político ya que se presta para ser adoptado, como en Cuba, fuera de la hegemonía, como proyecto alterno. Cuba, como cualquier otro país de la región, no puede escapar de la ideología del desarrollismo, pero puede elegir un camino al desarrollo no guiado por los intereses del hegemón. Ya que se convierte en una respuesta al hegemón, Cuba se convierte en el detonante de una nueva estrategia regional.

El desarrollo, como fruto de la hegemonía de los Estados Unidos, tiene que buscar nuevos caminos para responder al desafío cubano. Cuba, de nuevo, en contrapunto con Puerto Rico. Ya que Cuba se salió del poder hegemónico de la región Puerto Rico se convierte en la vitrina del Caribe. Esta construcción de Puerto Rico como vitrina le convierte en la cara contraria de Cuba. Seguimos descubriendo a Cuba como referente fundamental. Es aquí donde se verifica la tesis que afirma que, luego de Cuba, el país más afectado y transformado por la revolución cubana es Puerto Rico. No solo por las contribuciones que traen los cubanos que salen de Cuba luego de la revolución, sino también, en mayor medida, por las estrategias políticas seguidas por el hegemón tratando de convertir a Puerto Rico en la “shaining star of the Caribbean”, o ahora la Isla Estrella.

La búsqueda de una identidad definitiva de lo que es el Caribe pasa por la búsqueda de lo que es Cuba como respuesta a la hegemonía de Estados Unidos. No podemos definir al Caribe sin Cuba. Más allá de lo que hemos dicho, es imposible, por lo menos desde mi perspectiva, entender por qué Cuba se ha convertido en el referente fundamental de la región. Sin embargo, sabiendo que Cuba es dicho referente se hace más fácil entender el resto de la región. Podemos explicar a Puerto Rico como contra-plantación, Caribe estadounidense, neo-colonia y vitrina del Caribe. Puerto Rico como modelo del desarrollo luego de la revolución cubana, y más bien, como fruto de dicha revolución. Así el Caribe, a nivel internacional, es colocado a la luz del día por Cuba. El desafío cubano, se esté a favor o en contra de él, es el referente más profundo de las relaciones regionales. Pero, según mi opinión, va más allá, por que Cuba, en medio de lo que trasciende en el día de hoy, siglo XXI, se ha convertido, no solamente en referente de la identidad de la región, sino en referente de una identidad alterna internacional. Ante la plantación neoliberal la revolución de la plantación cubana.