La situación del país, sin pensarlo mucho, se ha puesto de la noche a la mañana muy compleja. Al cierre del año, nadie iba a esperar que debido a la presión de las casas acreditaras, en particular Moody´s, el gobierno se vería forzado a provocar una modificación en el Sistema de Retiro de Maestros, provocando una crisis social no anticipada. Es una situación delicada, en la cual los maestros y maestras habrán de perder algunos entendidos históricos de derechos que tenían para su jubilación. Por otro lado, y a menos de un año de asumir el poder el gran perdedor puede ser el gobierno de Alejandro García Padilla, el cual el próximo 2 de enero cumple un año de haberse iniciado en la gestión de la administración del país.
Dicho lo anterior, nadie deseaba que los maestros y maestras a través de los distintos gremios como otras organizaciones de la sociedad civil que los representan, se tiraran a la calle a protestar. Nadie desea tener este tipo de navidad. Lo cierto es que el clima de insuficiencia en los diálogos, las posturas posicionales de ambas partes, y sobre todo el sentido de urgencia definido por Moody´s, nos han llevado a esta crisis.
Políticamente la crisis es compleja. De aquí no salen bien parados varios sectores. La opinión pública aún no se ha definido del todo, y aún nadie reclama que hay buenos y malos. Lo único que se sobre-entiende, es que vivimos en un país en crisis e incapaz de honrar sus obligaciones económicas: el país o le paga a sus acreedores o invierte en su pueblo, pero ambas cosas a las ves no las puede hacer.
Es una situación desoladora para todos. Por ende, lo único que nos queda es poder expresar nuestros derechos constitucionales, en particular nuestra libertad de expresión política. Hay que salir a la calle, aunque sea a gritar, pero hay que salir. No tenemos más solución.