Tiempos convulsos: ¿vivimos en la cultura de la precariedad?

Cultura

El debate en torno a la – urgente – reforma de los sistemas de retiro del gobierno de Puerto Rico, y las respuestas de aquellos a los cuales se les modifican sus beneficios de retiro, pone de relieve una profunda crisis en cuanto a nuestros tiempos: la vida de todos y todas se ha convertido en una mucho más frágil. En estos tiempos, todo lo que habíamos alcanzado en el pasado, resulta que no se sostiene de forma sólida. Como diría el fenecido librepensador judío-americano, Marshall Berman, por vía de Carlos Marx, todo lo que es sólido se desvanece en el aire.

Es un momento difícil, pues luego de la mega compra del viernes del madrugador, nos hemos quedado con unas navidades que de forma intermitente guardan algún tipo de regocijo festivo. Pero realmente hablando, en medio de toda la complicación económica y social, estamos contemplando la vida frágil según la tenemos y debemos vivir.

Para los creyentes en el judeo-cristianismo, es un momento particular. Hoy se celebra la víspera del nacimiento del niñito Jesús, quien se convierte en el guía espiritual de dicho grupo religioso. Dicho esto, en la apropiación que hace el capital y el consumo, con un tono menor en estas navidades, nos recuerdan que comprar y consumir es parte de este proyecto. Y usted, ¿dónde se ubica? Pues como todo el pueblo, nos ubicamos en un momento donde comprar no es posible, pues los créditos están afectados, el dinero ha menguado, y sobre todo para los cambios de edad, es decir mayor envejecimiento, esto ya no es prioridad. Pero por otro lado, tenemos la fiesta religiosa, que para bien o mal aún logra mover a un gran sector de la población.

En un momento frágil, todos los indicadores tradicionales de bienestar, han variado. Es en este momento, que pensamos que el 2013 ha sido, en la ecuación de los religiosos Yoruba, nuestro peor año. No nos queda de más: rece si puede hoy en la Misa de Gallos; compre si aún le queda algo de dinero; pero si no puede lo anterior, dedíquese a ir a la playa a ver un mar mojado por la lluvia.

Apostemos que el 2014 nos dará más dicha y fortaleza como pueblo. Sobre todo, que el 2013 nos ha provocado mucha inseguridad.