En la Navidad: tengo presente a los pobres y desempleados

Economia Solidaria

Hoy el 14.7% por ciento de las personas en capacidad hábil de trabajar, no tienen trabajo en Puerto Rico.  Eso nos afecta a todos y todas. Luego de 10 años, entre el censo decenal de 2000 al 2010, la población de Puerto Rico solo dejó de ser pobre en un 2%.  Hoy el 46 por ciento de nuestra población vive por debajo de los índices de pobreza. 

En todo los EE.UU, nuestro poder metropolitano, somos la jurisdicción más pobre.  Hemos perdido a 100 mil personas, en edades productivas de 20 a 44 años, que se fueron del país en la pasada década para no volver.  Se fueron, fundamentalmente a los EE.UU donde los boricuas son bien codiciados: ciudadanos americanos que hablan español y algo de inglés. Pero mientras los que se fueron se fueron, los que nos quedamos seguimos empobreciéndonos como también viviendo ya sin trabajo.

Es curioso, el proceso de empobrecimiento de la población del mundo es un eje consistente en el 2013.  Los españoles, por dar un ejemplo, de una población fundamentalmente de clase media, se han convertido en un país de proletarios y sectores insertados de forma frágil en la economía.  El 55% de los españoles hoy reclama ser proletario.  De igual forma en México, el 53 millones de personas, o el 45% de la población se encuentran hoy por debajo de los índices de la pobreza.  Contrario a todo término, el país se empobreció mucho más en los pasados tres años.  Los argentinos, hablan hoy de la pobreza persistente, esa que va de generación en generación y no permite movimiento social.  Hablan del “cuarto mundo” que se ha insertado para quedarse en los centros urbanos de Argentina, donde la gente nace y muere para ser pobres.

Entonces en estas navidades cristianas hay que reconocer que no nos va bien.  Que estamos más pobres y que tenemos que vivir lo mejor posible, de forma íntegra, solidaria y sobre todo humana.  En esta medida llevo en mi pensamiento a los que se fueron de Puerto Rico; a los que se quedaron también.  De igual forma a los que no tienen trabajo, luego de meses de búsqueda, y que reconocen que su único destino es el de proletarizarse y sub-proletarizarse.  Pienso también en los que han luchado por mantener su hogar, su familia de forma conjunta, y sobre todo  pienso en los que aún tienen esperanza de que todo va a mejorar.

No podemos asegurar que nada va a mejorar. Sí podemos asegurar que este momento va a crear otras oportunidades. En particular, de la desigualdad que seguirá profundizándose, podremos aspirar a otro tipo de proyecto social.  Que nosotros somos, a pesar de toda la precariedad, personas sabias y sabremos definir una agenda social y política por nuestro bienestar.

Así que nadie se desespere.  En solidaridad estamos todos y todas con los que hoy están más frágil que uno.  Busquémonoslos hoy para intentar hacer de este día cristiano, una tradición diferente: solidaria, humana y Caribeñista.  Aché para todos y todas.