¿Hace falta un Muñoz Marín (y un llamado del 40) de nuevo en Puerto Rico?

Política

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Recientemente, leí con interés un artículo en un semanario de negocios de la capital sobre la Operación Manos a la Obra, que impulsó la industrialización en Puerto Rico comenzando en la década de los 1940 cuando a nuestra Isla se le conocía como “the poorhouse of the Caribbean”.

Los que tuvimos familiares que vivieron la época posiblemente escuchamos que la miseria y la pobreza estaban tan entronizadas que se llegó a pensar que esa etiqueta tan peyorativa era una maldición eterna. Gente como Luis Muñoz Marín, un líder máximo politico cuando necesitabamos uno, Teodoro Moscoso, el director del la Compañía de Fomento Industrial, el ultimo gobernador norteamericano en Puerto Rico, Rexford G. Tugwell y un grupo de economistas norteamericanos que luego vino a la Isla para desarrollar el programa de industrialización, eran parte de un esfuerzo para sacar a Puerto Rico de la pobreza. El articulo de Caribbean Business cita extensamente al padre del ahora Presidente del Senado Eduardo Bhatia, el reconocido economista Mohinder Bhatia. El reportaje logra comunicar el ambiente de urgencia y de encrucijada que se vivió en aquella época.

Una campaña de promoción trajo muchas empresas a hacer negocios en Puerto Rico, gracias en gran parte a una política de exención contributiva tanto local como federal. Hubo un debate candente en esa época sobre si una politíca de exención contributiva era verdaderamente una subsidiada, y por ende artificial y no duradera. El debate lo ganaron los favorecedores de que estas exenciones eran necesarias. Ya todos sabemos el lado negativo de depender de secciones del Código de Rentas Internas federal para mover nuestra economía. Estas desaparecieron y ahora nos damos cuenta que faltó seguir cultivando no sólo la tierra sino empresas nativas.

Muñoz Marín, primer gobernador electo de la Isla, comenzó su rol como agente catalítico en el 1940 cuando se hizo “el llamado del 40”. Su Partido Popular Democrático (PPD) tenía apenas tres años de fundado y su encomienda era sacar a Puerto Rico de la pobreza. Hay crisis urgente de nuevo en Puerto Rico pero no parece haber líderes politicos con el talento ni la visión de Muñoz Marín ni sus allegados. Hace unos años atrás, después de la derrota del PPD ante Pedro Rosselló y su Partido Nuevo Progresista, un funcionario alto dentro del PPD me dijo que había que desistir de usar el nombre de Muñoz Marín en las contiendas políticas puertorriqueñas; sencillamente ese nombre ya no movía las masas. Pero a pesar de sus fallas Muñoz Marín fue un lider fuerte que atrajo mentes grandes. Lo critico por haber plantado la idea en gran parte de la población que ser independentista era un defecto de carácter y que bajo su liderato nunca se cuajó una idea clara de hacia donde debiera ir el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Desgraciadamente, hay politicos, algunos quienes por años gozaron de mi respeto, que ya no tienen nada que ofrecer. El que todavía me hable de una exención tributaria federal como una panacea para nuestra economía, francamente tiene que estar enfermo. Ni nuestro Gobernador Alejandro García Padilla ni nadie en los dos partidos principales tiene poder de convocatoria ni la capacidad de traer esperanza. Lo que existen son negaciones y un lenguaje de relaciones públicas que nadie se traga. Creo con convicción que la diferencia y el renacer los van a traer aquellos que todavía no forman parte del ruedo de formulación de la política pública. Adelante. Vengan, vengan puertorriqueños talentosos y respondan a un llamado sea como se llame.