Obama y Puerto Rico: el fracaso de la relación metropolitana en el 2013

Política

Póngalo como usted lo desee poner, pero la relación política entre los EE.UU. y Puerto Rico se encuentra en un momento particular que podría ser su peor o mejor momento dependiendo lo que usted desee beneficiar. Si usted está en mantener un vínculo con los llamados federales, se encuentra usted en su peor momento. Ahora bien, si usted está por alejarse lo más posible de Washington, y alcanzar algún tipo de soberanía, se encuentra usted en su mejor momento. Usted decide.

Lo cierto es que la presidencia de Barak Obama se encuentra en su peor año, el de mayor fragilidad y en lo pertinente a su relación con Puerto Rico, tanto para la inmediatez de su presidencia como para la relación histórica con Puerto Rico, se trata del momento de mayor debilidad. Durante el 2013, Obama ha sufrido una variedad de desaciertos y retrocesos, los cuales han debilitado su presidencia, y lo que sea cualquier proyecto de país que aún él intente promover.

En particular, el fracaso de su plan de salud, ha constituido su mayor derrota política en la historia de sus dos términos a la presidencia. Por otro lado, los escándalos en torno al espionaje internacional, que el exanalista de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden denunció. Pero lo peor fue el cierre del gobierno federal, durante 17 días, lo cual provocó una relación confusa para todos aquellos en posiciones electas en el gobierno de los EE.UU.

¿Y Puerto Rico qué? Todo indica que Puerto Rico ha quedado rezagado en la agenda múltiple de Washington en términos generales. Es decir, el impacto de los múltiples recortes en las prestaciones y donaciones del gobierno de Washington, ha incidido en el derrumbe del sueño americano en Puerto Rico. En la relación colonial, Washington se ha constituido en un donante frágil; una de las razones por las cuales la población sigue migrando, fundamentalmente a los EE.UU., es el hecho de que las asistencias federales son de mayor cuantía y fuerza si la persona vive en los EE.UU. continentales. Pero el peor desacierto del presidente de Washington ha sido el no ejecutar lo prometido en cuanto a la resolución del estatus de Puerto Rico se refiere. Luego de haber asignado $2.5 millones de dólares, para un plebiscito federal en Puerto Rico, nada pasó.

La lista de los problemas de Barak Obama no termina con la cuestión del estatus, termina en su no excarcelación del preso político puertorriqueño, Oscar López. Luego de haber concedido nueve perdones presidenciales, a personas vinculadas a crímenes de narcotráfico, es una pena que luego de tantos reclamos, el presidente Obama no accediera a complacer, aunque mínimamente, a los puertorriqueños.

Si Barak Obama deseaba estar bien con el territorio-colonial de Puerto Rico, ha hecho todo lo posible por bloquear dicha intención. Hoy los puertorriqueños, a parte de la relación histórica con los EE.UU., no tienen mucho porque celebrar. Es momento de pensar cómo podemos democratizar aún más dicha relación. Ojo, que no hablo de hacernos estado o mantener la relación colonial vigente. Lo que hablo es de democracia, desde la mirada de los súbditos menos privilegiados: los sujetos coloniales.

Creo que un buen regalo para el 2014, será pensar que nada con Washington puede seguir siendo igual. Ante esto, en el caso de Oscar López como en el caso del irresuelto estatus colonial, propongo asumir un acto de resistencia y promover la desobediencia civil como forma de expresar nuestro desacuerdo con estos dos asuntos. Tanto en lo uno como en lo otro hay consenso en el país de que son.