Como algo extraño, en medio de las navidades, un amigo muy querido del municipio del nor-este de la isla llamado Aguadilla, nos convocó a personas de toda la Isla a participar en una reunión informativa con unos delegados del llamado Frente Amplio de Maestros. Esta organización cobija a los distintos sindicatos de maestros y maestras que se han unido en este momento para discutir el efecto de la nueva ley del Sistema de Retiro de Maestros, la cual acaba de ser firmada por el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla. Entonces la reunión era para conversar sobre el malestar causado por esta legislación y más que nada para exponer las ideas que los maestros y maestras desean exponerle a País en busca de su apoyo a su lucha.
Queda muy claro tanto para la audiencia como para los maestros en lucha, que el Gobierno tomó una decisión apresurada al firmar esta ley que afecta de forma inmediata la estabilidad fiscal del sistema de retiro de estos empleados públicos. Ante esto, lo único que les queda ahora a los maestros y maestras es levantar su voz y actos de lucha para lograr enmendar la referida ley. La pregunta es: ¿Qué tipo de enmienda buscan o necesitan?
Nos parece que hay que reconocer la delicadeza económica por la cual atraviesa el País, en parte como efecto de la perdida poblacional en la cual estamos. Por otro lado, hay que reconocer la incapacidad del estado de asumir sus obligaciones con su pueblo, producto, entre otras cosas, de la exigencia que hace la Constitución del país, de honrar primero a los prestamistas del país, los llamados bonistas, en lugar de cumplir con las obligaciones frente al pueblo. Pero también, y esto quedó en la reunión de anoche muy claro, que ha habido mucha corrupción, negligencia y sobre todo dejadez por parte del Departamento de Educación de Puerto Rico, de honrar ciertas obligaciones lo cual ha causado parte de los problemas actuales.
Entonces, ¿se van a la huelga o no los maestros y maestras en enero? De mi parte no sé. Eso es una decisión que tienen que tomar los propios maestros y maestras. Lo cierto es que cualquier acto que ellos tomen debe ser en diálogo con la sociedad civil amplia. Es decir, con todos y todas nosotros, que no necesariamente somos maestras o maestros, ni tampoco empleados públicos.