San Juan- El Movimiento Independentista Nacional Hostoriono (MINH) propuso que el gobierno de Puerto Rico declare una moratoria al pago de la deuda pública para librarse de la presión que ejercen las casas crediticias de Estados Unidos.
El presidente del MINH, Héctor Pesquera, planteó que de este modo el gobierno de Alejandro García, del Partido Popular Democrático (PPD), neutralizará la situación en la que bonistas de Wall Street y el tribunal federal en la isla tienen colocado al pueblo puertorriqueño.
"Declarar una moratoria en el pago a la deuda con los bonistas y quitarnos esa espada de la corte federal es necesario", afirmó el dirigente político de izquierda.
Recordó que aunque en la actualidad la deuda a los prestamistas representados por la casa crediticia Moody's asciende a 70 mil millones de dólares, "durante los pasados 30 años el pueblo de Puerto Rico ha desembolsado a dichos usureros en intereses solamente más del doble de lo que adeuda".
Pesquera afirmó que ya es hora de decir basta, sin importar que los bonos de Puerto Rico terminen degradados a chatarra, como constantemente se amenaza, ya que lo único que puede pasar es que suban los intereses o, en el peor de los casos, dejen de prestar al gobierno puertorriqueño.
Consideró que la congelación del crédito no será malo para el país, por el contrario, quizás sirva para controlar el consumismo, estimular el ahorro, producir lo que necesario y desarrollar una economía endógena menos dependiente y libre de las ataduras y las arbitrariedades de la corte colonial de Estados Unidos en la isla.
Añadió que el pueblo se siente paralizado y amenazado de muerte ante la espada de Moody's y la pared de los federales, cuyo único objetivo es sacar dinero y defender los intereses de los dueños del capital que se han lucrado sin controles, al sacar provecho del empobrecimiento que carcome a los puertorriqueños.
"Moodyâ�Ös empuña la filosa espada que han colocado en nuestro pecho bajo el seudónimo de bonos chatarra y los federales con su tribunal son la pared colonial que nos impide salir de tan angustiosa encerrona", argumentó Pesquera.
Consideró que al imponer a Puerto Rico las leyes de comercio interestatal, pisoteando las normativas locales, Estados Unidos trastocó el sistema de controles que aun dentro del estrecho margen de la colonia, le permitía al gobierno regular el mercado local y defender la supervivencia de pequeños y medianos comerciantes.
"Frente a la ofensiva -instrumentada por la corte de Estados Unidos en Puerto Rico- de las grandes cadenas multinacionales, pulpos que estrangulan con su capital absentista al comerciante y al consumidor puertorriqueño, el gobierno colonial ha quedado impávido", señaló.
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