Los bogotanos reviven una tradición secular, la quema del diablo

Cultura

altBogotá- Los bogotanos revivieron esta semana una de sus fiestas más antiguas, la quema simbólica del diablo, con el que echaron al fuego los pecados de la sociedad, según la tradición popular.

El festejo culminó la víspera en el barrio de La Candelaria, donde el muñeco alusivo al Satanás en acecho de las almas humanas, según la leyenda, ardió de punta a cabo entre la música estridente, los olores y sabores perturbadores de la comida típica del altiplano de Boyacá, los juegos deportivos y la parranda colectiva como lazo de unión.

Fueron días de disfrute popular, iniciados desde el sábado pasado, y la 98 edición de una celebración extendida hasta las calles próximas a la Avenida Circunvalar que rodea la ciudad.

La fiesta fue organizada por la Red de Economía Candelaria (REC), un proyecto que busca dignificar a los vendedores callejeros, quienes durante 2013 recibieron cursos gratuitos de formación empresarial para comercializar sus productos.

Cientos de capitalinos se sumaron a esta fiesta familiar, que contó con espacio para los niños, jóvenes y adultos inmersos en juegos como el tiro al blanco, el tejo, el trompo y el cucunubá, que consiste en lanzar pequeñas bolas de metal, a cierta distancia, contra un tablero agujereado.

El broche de oro lo puso la música con el ritmo caribe de Los Corraleros de Colombia, el sonido de Giovanny Ayala, la ardiente salsa de la orquesta La 33 y la puesta en escena de Baranoa Show.

A ellos se unieron la agrupación Beso de negra, cultora del porro, el proyecto artístico multidisciplinario Aainjaa, que junta en una simbiosis única danza y teatro para dar vida a ritmos afrocolombianos y brasileños, Danza Colombia y el grupo Teatro de sueños.

El ritual se cumplió una vez más con un desborde masivo.

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