La cultura del guapo: cuatrimotos [aún] en las calles de Puerto Rico

Cultura

Antes de anoche transitando por Santurce, mi barrio, me encuentro que frente a la Plaza Bolívar, a eso de las 9:00 p.m., se encontraban cerca de 20 cuatrimotos (popularmente conocidos comofourtracksbanchis), estacionados allí, junto a sus conductores. Es curioso, pero eran muchachos jóvenes, en apariencia de sectores populares, y sobre todo celebrando en alegría una jornada más por las calles de Puerto Rico. Desde el pasado mes de noviembre, en Puerto Rico se aprobó la Ley 130, que prohíbe expresamente la conducción de dicho vehículo en las vías públicas del país.

Entonces, me pregunto ¿y cómo les va a estos jóvenes que desafían en todo el país dicha legislación? Tal parece que les va bien. Comentaban que a partir de la nueva legislación solo se han incautado 51 de estos vehículos. Lo cual nos deja ver con suma claridad que no existe riesgo de correr dichos motores y ser detenido por la policía. El riesgo es realmente hablando, ínfimo. Tal vez lo que requiere la situación, en ánimo de buscar una solución negociada al problema, es inventar algún tipo de regulación de carácter positivo (pro-activa) y no punitiva (reactiva) como se impuso en la actualidad.

Dicho lo anterior, quisiera pensar de otra forma en torno a la actitud desafiante de los jóvenes de extracción popular de Puerto Rico. Deseo pensar que es un acto de desafío, de cuestionar la autoridad, que supera y antecede a los cuatrimotos. Se trata de la historia del país en la cual los sectores populares siempre se han opuesto al estado, desde distintas formas y maneras.

Desde esta perspectiva, y reconociendo el rol del estado en regular los comportamientos sociales, me pregunto: ¿Podríamos pensar en crear un puente entre las prácticas culturales que desafían la norma y el estado? Creo que más allá de quejarse cuando uno se encuentra hoy con estos vehículos en la carretera; o pensar bien o mal contra el estado; nuestro rol debe ser en explorar como compaginar los comportamientos culturales, en los que se pueda, con las funciones normativas del estado. Esta es la tarea.