Del Terremoto de San Fermín al de Hatillo…

Cultura

“Si la tierra tiembla, yo me voy de aquí”. Así reza la canción de Johnny Pacheco junto a Héctor Casanova, la cual se hizo realidad esta madrugada en Puerto Rico. Con una importante salvedad, nadie se ha ido aún de la isla por este sismo que sufrimos. En la imaginería caribeña, sea la salsa o sean los oráculos, los terremotos son parte de la vida diaria. No son la excepción. Culturalmente hablando nos acostumbramos a ellos.

Al norte de Puerto Rico, en la madrugada de hoy a las 12:01 a.m., la tierra tembló a 34 millas del municipio en la costa norte de la isla llamado Hatillo. Esto fue a cuatro años y un día de que la tierra temblara en la ciudad capital de Haití, Puerto Príncipe. No obstante, para Puerto Rico donde los fenómenos naturales de fuerza mayor no suceden con tanta regularidad, el evento de anoche a una escala Richter de 6.4 grados de intensidad si se sintió.

La última vez que Puerto Rico sufrió un terremoto de escala mayor, fue el 11 de octubre de 1918, en la ciudad de Aguadilla, también en la costa nor-oeste del país. En aquel momento, a siete minutos del terremoto, entró por la costa un Tsunami, con olas de 18 pies. En total murieron 116 personas, y hubo daños por $4 millones de dólares. El terremoto de Puerto Rico, como popularmente se le llamó fue a escala Richter de 7.5 grados.

Ahora bien, para los que conocemos bien a Puerto Rico, usted sabe que toda la costa del país, hay anuncios públicos del gobierno, letreros, que indican Zona de Tsunami, seguidos por la Ruta de Desalojo del Tsunami. Hace unos meses atrás, en el pueblo-municipio de Aguada, costa oeste cerca de Aguadilla, por alguna razón de ineficiencia administrativa de dicho municipio, la alarma de Tsunami se prendió e hizo que 18 familias buscaran refugio en puntos altos de la isla.

Dicho lo anterior, en la costa nor-oeste de Puerto Rico, existe una fuerte memoria colectiva en torno a terremotos y tsunamis. No así en la costa norte de la isla, o en el centro metropolitano (San Juan y municipios limítrofes). No obstante en el Caribe, donde todo es recuerdo y memoria, la gente vive de sus miedos como de los miedos de otro. En el destino, el susto mayor fue relacionar el terremoto de anoche con el cuarto aniversario del terremoto de Haití, el cual ocurrió el pasado 12 de enero de 2010.

Anoche lo que pasamos fue el susto, el temor, la fobia de no poder controlar ni el ritmo de nuestra casa, ni el bio-ritmo de nuestros cuerpos. Es importante saber que el terremoto de Haití de 2010, registró una sacudida de 7 a 7.3 grados, dependiendo del informe que se vertió sobre el fenómeno natural. Por lo tanto, el sacudión de ayer en Puerto Rico, nos acercó tanto físicamente como emocionalmente a Haití. Con una marcada diferencia: la cultura colectiva en Puerto Rico, esa que se gesta de distintas formas pero también a partir de los letreros que en toda la isla tiene el gobierno, nos permitió sobrevivir mejor el fenómeno de ayer. No nos quita el susto, pero salvo la luz eléctrica que se fue por varias horas, todo volvió luego a la calma.

La cultura Caribeña se va nutriendo de distintos componentes, inclusive la memoria de los vivos como la de los muertos. Pero, en este proceso los estados tienen mucho que decir, inclusive, como hoy nos comportamos ante los fenómenos naturales. En nuestro caso, “si la tierra tiembla”…. Yo me quedo aquí.