Como se había anunciado desde el martes pasado, el magisterio de Puerto Rico, unido en un Frente Amplio de Maestros y Maestras, inicia hoy una jornada histórica: un paro de 48 horas decretado en contra del Departamento de Educación y el gobierno. La razón de este paro, como se ha ventilado desde el pasado mes de diciembre, es la contundente oposición de nueve gremios de maestros y maestras, que se oponen a la nueva legislación que socaba ciertos derechos adquiridos por parte del magisterio puertorriqueño en cuanto a sus beneficios de retiro se refiere.
La postura de paro de 48 horas, tuvo una buena respuesta por parte del gobierno, y en particular del gobernador Alejandro García Padilla, quien constituyó un Comité de Diálogo. Dicho comité está presidido por la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, el director ejecutivo del Concilio de iglesias, el reverendo y también abogado laboral, Ángel Luis Rivera y el secretario del trabajo, Vance Thomas
Como en toda negociación, sea laboral o política, la presión determina la prontitud de los cambios en el proceso. En esta medida el paro de 48 horas, que inicia hoy, es crucial para determinar cuánta presión pueden ejercerse mutuamente ambos sectores, gobierno y magisterio. En esta medida, que pase en la mesa de diálogo y negociación, estará determinado por la fuerza que tome este paro.
Ahora bien, como si fuera poco, los actores seleccionados por el gobierno para dirigir el proceso de diálogo no dejan de cometer actos en la vida boricua, que sin lugar a dudas los problematizan en la mesa de negociación. En este sentido, la alcaldesa Carmen Yulín inicia este próximo jueves las históricas fiestas de la Calle San Sebastián, bajo unas políticas de control poblacional apenas anunciadas el pasado jueves, que han dejado boquiabierto a medio país, incluyendo los comerciantes, los residentes del Viejo San Juan, y a la población en general. Las medidas adoptadas son de corte represivo, y en violación a los derechos constitucionales de la población.
Hoy la alcaldesa Carmen Yulín, de forma innecesaria, tiene un coro de detractores que incluye a la presidenta del Colegio de Abogados de Puerto Rico, Ana María Rivera Lassen; a la directora de la Escuela Graduada de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico, Palmira Ríos; y al director ejecutivo de la American Civil Liberties Union, William Ramírez. Todo esto es un malestar innecesario que el gobierno no debió haber tenido en esta semana tan crucial de su primer paro laboral, del influyente sector magisterial.
Por otro lado, el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, ha surgido en relación a un interesante libro sobre educación sexual en las escuelas, el cual era de corte liberal, y el cual fue retirado del currículo de los maestros, hace unos días, por el secretario de educación, Rafael Román. Entonces, sea de forma directa o indirecta, el padre González Nieves, asume posiciones que contradicen otros problemas nacionales que también inciden en el malestar general que se vive en el país.
Nos parece que el gobernador Alejandro García Padilla, intentaba comenzar el nuevo año en sintonía con un grado de mayor paz. No obstante, la política es como es. Se trata de un momento difícil para el gobierno y también para el pueblo. La única opción que nos puede sacar del presente malestar colectivo, podría ser el crear una Comisión de Diálogo Nacional que incida en torno a los problemas fundamentales del país, como lo son su deuda pública, su relación con Washington, y cómo garantizar calidad de vida para todos en el país al menor costo individual colectivo.
Mientras esta Comisión se pondera, bienvenidos todos y todas a Puerto Rico 2014: la lucha social está por comenzar.