El gobernador García Padilla “contra las sogas”: los Maestros y los Jueces cantan victoria

Justicia Social


Me estoy preguntando, seriamente hablando, quien asesora al gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, en materia de sagacidad política y estrategias laborales. Desde el pasado 6 de diciembre de 2013, cuando en horas de la noche en el “llamado de un amigo del alma”, el entonces secretario de justicia, Luis Sánchez Betances, intervino con un arresto policiaco de su ex-socio de bufete, Jaime Sifre, costándole eventualmente su puesto como secretario, todo acto político ha representado para el gobernador una derrota. Este suceso, como los subsiguientes al día de hoy, lo han comenzado a delinear como un gobernador derrotado cuyas buenas intenciones no son suficientes para gobernar a la maltrecha y desequilibrada isla, territorio-colonial, de Puerto Rico.

Luego de varios desaciertos a pocos días de las festividades cristianas de navidad, el gobierno por vía de García Padilla, se embarcó en una cruzada de derrota, para legislar la reforma del sistema de retiro del magisterio la judicatura de Puerto Rico. Todo de este montaje para satisfacer a la agencia acreditadora del gobierno, Moody´s y para pagarle a los acreedores del gobierno, los llamados bonistas. Ambos sectores han respondido a lo que ellos entienden es pérdida de derechos, de forma visceral. Hasta los jueces han demandado al gobierno impugnando la legislación, y por otro lado, los maestros han sostenido un paro de 48 horas, el cual en el día de ayer fue un total éxito, y continúa hasta el día de hoy.

Para los miembros de la judicatura como el magisterio, ayer como hoy han sido días de profundas victorias simbólicas. En la noche de ayer, el Tribunal Supremo de Puerto Rico, paralizó la implementación del plan de retiro de los maestros y maestras, y acogió por vía de certificación un recurso en torno a la constitucionalidad de la cuestionada Ley 160-2013.  Simbólicamente es una gran victoria para los maestros, en medio de un exitoso paro de 48 horas. Para el gobernador García Padilla, constituye una gran derrota.

Hoy la judicatura de Puerto Rico, por vía de la Asociación de la Judicatura Puertorriqueña, cuerpo que incorpora a los jueces y juezas del Tribunal de Primera Instancia como el Tribunal de Apelaciones de la isla, luego de haber impugnado la Ley 162-2013, tiene una vista en su fondo ante el Tribunal Supremo. Es un día insólito en la historia del país, en el cual los jueces y juezas cuestionan al gobierno, y el Tribunal Supremo, el cual representa el tercer poder democrático del país, habrá de sostener una vista argumentativa para escuchar a ambas partes. Pase lo que pase, la judicatura de Puerto Rico ha puesto en “jaque” al gobierno de la isla. La Rama Judicial, mediante el Tribunal Supremo, constituido hoy por una mayoría de jueces ideológicamente adversos al partido del gobernador, en su caso el Partido Popular Democrático, viene convocado a declarar constitucional o inconstitucional, la Ley 162-2013. Como ya indiqué ese mismo Tribunal Supremo acogió en el día de ayer examinar si la misma ley, pero para los maestros, La ley 160, es también constitucional o no.

Me parece que el gobernador está hoy acorralado. Tiene mucha presión, y las decisiones tomadas en las pasadas cuatro semanas, las cuales comienzan con el error de juicio y de forma subsecuente de naturaleza político, de Sánchez Betances, empiezan hoy a minar la efectividad y credibilidad profunda del gobernador García Padilla.

Vemos dos salidas inmediatas para el gobernador: aceitar mejor su cuerpo de asesores, para introducir la figura de un asesor de consideraciones político-sociales, es decir una persona que pueda leer las tendencias del país y ofrecer salidas concretas. Por otro lado, la única solución honrosa, para evitar un choque constitucional y una humillación a la figura del gobernador, es convocar de emergencia a la legislatura para que se apruebe una ley que deje en suspenso, hasta nuevo aviso, las Leyes 160 y 162 de 2013. Esto paralizaría de facto y de jure la intervención del Tribunal Supremo.

No solo el gobernador García Padilla desea gobernar en dignidad, sino también en éxito. Desea evitar la derrota. Hoy se encuentra en una encrucijada. A un paso de una derrota profunda o de una victoria decorosa.