¿Vamos a dialogar en serio con el Magisterio?

Justicia Social

En el día de ayer, los portavoces de la mayoría en el senado y la Cámara de Representantes de Puerto Rico, Aníbal José Torres y Charlie Hernández, respectivamente, indicaron por separado que no hay espacio para revisar la Ley 160-2013, que modificó el Sistema de Retiro de los Maestros. Así las cosas, la respuesta tanto de los representantes de los nueve gremios de maestros y maestras, como a su vez algunos de los miembros del Comité de Diálogo que nombró el gobernador, no se hizo esperar. Los unos y otros cuestionaban entonces el rol de su participación en un esfuerzo de diálogo, si al final de la jornada los legisladores no habrían de tomar ninguna acción para modificar vía un acto legislado la ley la presente situación.

Sin entrar en el contenido de lo que hoy se negocia en el Comité de Diálogo nombrado hace dos semanas por el gobernador Alejandro García Padilla, es importante reconocer que al final de la jornada, si se logran acuerdos, entonces el gobierno, por vía de sus agencias e instancias de poder, vendrá obligado a acatar los acuerdos alcanzados. Esto, en el argot de la vida, es negociar de buena fe. De no ser así, entonces se parte de la premisa que el esfuerzo es desigual y desbalanceado, toda vez que los maestros y maestras se han sentado en la mesa de negociación de forma honesta con el objetivo de encontrar una solución que les permita superar las diferencias, mientras que el estado aparenta estar inflexible.

Nos parece que la forma de romper con este aparente disloque entre la intención del poder ejecutivo al invitar a los maestros y maestras a dialogar, y la posición asumida por los líderes legislativos, es que el gobernador García Padilla se exprese con claridad sobre el rol del Comité de Diálogo. Sobre todo, si las recomendaciones que haga dicho Comité se habrán de tomar en serio por los políticos e instituciones del país.

Si estamos por dialogar, entonces llegado a algún consenso, el gobierno tendrá que asumir lo acordado. Eso es lo menos que podemos esperar de esta jornada de diálogos democráticos.